Cuando me he situado ante el primer folio en blanco para empezar a ir rellenando la página, el foco de atención se ha centrado en un punto en el que comienza la calle de Herrero, junto al Teatro Principal. Y a modo de una fuente milagrosa, han ido apareciendo hechos y nombres de muy alta significación para las gentes de Castellón. Apellidos notables.

Es decir, en febrero de 1894 se inauguró el Teatro Principal y de ese hecho me llegan tres nombres: el del arquitecto Godofredo Ros de Ursinos, el del primer propietario del local, Juan Cebrián Boigues, con larga historia que prolongó su hija Clorinda Cebrián Prades con el maestro Juan Boix Chaler que representa a todos cuantos enseñaron en el colegio Herrero. Y Nuria Espert, la actriz que universalizó el coliseo; los Sanz de Bremond, que allí nacieron, al igual que el intelectual José Medina Echavarría, que vio la luz en el número 5 de la calle, también Vicente Gea Mariño, que desde allí impartió clases de medicina y de política y, claro, el profesor Domingo Herrero Sebastián, titular de la calle desde su nominación el día 4 de septiembre del año 1895.

Son señas de identidad que han ido pintando con gran variedad de colores y estilos, otros muchos seres humanos, otros establecimientos y voluntades, que no es extraño que se han ido colocando poco a poco en este primer epígrafe de la página.

CALLE HERRERO // Postales antiguas han venido mostrando una calle Herrero sin asfaltar y con árboles hermosos que la adornaban. Y todos los citados han sido protagonistas de mis escritos aquí en el periódico y en mis libros después.

Bueno, pues en el mes de marzo de 1956 falleció don Vicente Gea y, poco a poco, fue abandonándose aquella casa con jardín en el pico detrás del teatro. Era como un encantamiento pasar por allí y yo lo hacía en muchas ocasiones, como alumno del colegio desde la calle Moyano y en la vivienda del propio doctor Gea, cuando yo ejercía como mañoso mancebo de botica.

Parte de las familias de Peris Agost y Romero Vázquez, ya estuvieron vigilando aquel solar que había acogido la casa del doctor Gea, con la intención de aprovechar aquel espacio que para ellos era el centro de la ciudad de Castellón. Algo se les ocurriría hacer. Por algo eran los propietarios de la empresa de construcción y obras públicas. Y cuando los chicos, Pascual Peris por una parte y Pedro y Jesús Romero por otra, que ya eran cuñados, ocuparon los despachos principales de la empresa familiar, fueron ellos los que tomaron la decisión: construir un hotel, que rápidamente bautizaron con el nombre de Mindoro, un lugar exótico de las islas Filipinas, que les parecía comercialmente provocativo.

LA VIDA // El 31 de diciembre de 1927 nació Pascual Peris Barbería en la vivienda familiar que desde el número 9 de la calle Gobernador, daba también detrás, al número 14 de la calle Pescadores. Sus padres, Pascual Peris Agost, hijo mayor de Pascual Peris Arrufat y Teresa Agost Altava, que ya habían formado parte de la creación de la empresa de exportaciones de naranja ‘Pascual Peris Agost y Hermanos’ con sede en casi todas las capitales europeas. La madre de Pascualín y de su única hermana Paquita, se llamaba Francisca Barbería Cazador, hija menor de una familia muy conocida y notablemente emparentada de Castellón.

Pascual estudió la primera enseñanza en el colegio de las monjas Carmelitas dels quatre cantons. Y, a su edad, estudió el bachillerato en las Escuelas Pías de Valencia, donde ya su padre era el responsable de la sucursal de ‘Peris Agost Hermanos’ en la provincia valenciana, con vivienda y oficinas en la céntrica calle comercial Don Juan de Austria.

De vuelta a Castellón a los 19 años, surgió el fallecimiento de su padre y él tuvo que cumplir, primero el servicio militar en el Regimiento Infantería Tetuán 14 y, después, ya para siempre, el cargo de cabeza de familia, cuidando a su madre y de su hermana menor, con fidelidad.

LA FAMILIA // Tenía Pascual 23 años cuando el 27 de septiembre de 1951 contrajo matrimonio en el ermitorio de Lledó, con Consuelo Romero Centelles. A su tiempo, fueron padres de tres chicos, el pediatra Pascual, el estomatólogo Luis Guillermo y Carlos, el actor y artista.

Pascual me enseña su amplia cartera de carnés. Desde el de socio del Casino Antiguo, a vocal nacional del gremio de hostelería. Y el de responsable con sus dos cuñados Pedro y Jesús, de la empresa que pusieron en marcha de construcción y obras públicas. También los tres formaron una piña en la empresa de construcción y venta de apartamentos y villas en Benicàssim. Hay que recordar los apartamentos La Siesta y La Noria, así como los Romero. Eran los momentos en que Benicàssim renacía con muchos proyectos y realizaciones: Hubo una ocasión en que tuve la suerte de estar con ellos en nuestro deseo de crear las fiestas de Miss Moscatel en Bohío. Estuvimos en la villa del director de cine don Rafael Gil y en el apartamento de Paco Rabal y Asunción Balaguer, con Teresa, una chica que quería ser artista. Eran personajes que invitamos para que nos ayudaran en nuestro proyecto.

EL HOTEL // Castellón comenzó la consolidación comercial en los años sesenta. Y, con ello, era muy significada la falta de hoteles de primer nivel para poder cumplir con las necesidades que había entonces. Así que la empresa de los Peris y los Romero, compraron el solar de la antigua vivienda del médico Gea y emprendieron la búsqueda de quienes tendrían que ser los técnicos que habían de responsabilizarse de las obras. Eligieron para la dirección de las mismas a un arquitecto valenciano de gran prestigio, que acababa de dirigir la construcción del hotel Astoria, Luis Gay Ramos. El reto era un hotel de 4 estrellas con 100 habitaciones. Dos años después se inauguró. Y, casi de inmediato, comenzaron a desfilar como clientes, personajes como Manuel Fraga, El Cordobés, Adolfo Suárez, Tierno Galván y los de altísimo nivel como Don Juan de Borbón y el cardenal Tarancón. Y cada mes de marzo, desde entonces, los grandes artistas de nuestro magdalenero Hostal de la Llum, con los toreros de la época.

Pascual Peris se tituló como director y desempeñó este cargo desde el inicio hasta su jubilación, el 31 de diciembre de 1992, al tiempo que ejerció como Presidente de la Asociación de Directores de Hoteles de Castellón. H