El joven violinista, compositor y peluquero llamado Francisco Andreu alcanzó en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado una especial popularidad, al convertirse, además de ayudante de una peluquería de caballeros en la calle de Enmedio, en un violinista de orquestas de baile y derivar en compositor de piezas musicales con ritmo de bolero y pasodoble, a partir de sus quince o dieciséis años de edad.

Su padre, el señor Paco, era mi peluquero y por esa mágica circunstancia, me convertí en autor de varias de sus canciones.

Hoy sábado del mes de octubre, en el ambiente está presente la llegada del otoño. Y por algo que no sé explicar ha llegado hasta mi mente el bolero Fuente de la Plaza Mayor, por la que la Sociedad General de Autores,me hizo llegar algunas pesetillas por la cantidad de veces que se interpretaba en aquel tiempo.

LA LETRA. Después de escuchar varias veces la melodía mientras me cortaban el pelo, completé la obra de Paquito con esta letra:

Fuente de la Plaza Mayor

yo quiero tu luz venerar,

como un estandarte

de un pueblo siempre señor.

Fuente de la Plaza Mayor

tu agua es clara como el cristal,

donde se refleja

el alma de Castellón.

Te conocí,

Cerca de la fuente luminosa yo te hablé

y entre el arrullo de sus aguas

te amé.

Recordaré,

toda la luz y la tuya, mi amor,

pues tus ojos, mujer,

tienen su esplendor….

LA PLAZA. Como ya es sabido, la plaza ha tenido varias denominaciones con los años. Empezó siendo la plaza Vieja, nombre tradicional debido a ser la más antigua de Castellón, en contraposición con la plaza nueva, que era la del Rey Don Jaime, creada fuera de las murallas. Después se llamó plaza de la Constitución. Y es que conmemora su nombre la implantación del sistema constitucional y están en ella enclavados los más importantes edificios de la ciudad, como la Iglesia Arciprestal, la Torre del Campanario, y la Casa Capitular, cuya bella perspectiva impide ver el Mercado cubierto en la plaza. La denominación tuvo lugar el 19 de marzo de 1813, porque en esta plaza se proclamó la primera Constitución, la más popular. Y también se le llamó La Pepa desde el 19 de marzo de 1912, aunque el 28 de mayo de 1820, en las esquinas de la plaza fueron colocadas las placas con el famoso texto para conocimiento general. Después, el año de 1931, se reafirmó el nombre de La Constitución por la implantación de la Segunda República, que también se proclamó en esta plaza, con grandes festejos.

DEL MERCADO. Nombre popular porque entonces se celebraba allí diariamente el mercado con toldos y tenderetes que a diario se desmontaban.

En 1915 se construyó un complejo armazón de hierro fundido y cubierta de fibrocemento, que ocupó casi toda la plaza, para celebrar el mercado a cubierto, armazón que el autor Vicente Gimeno Michavila, en su libro Las calles de Castellón, calificó por su aspecto lamentable como crimen de leso arte, agravado aún más con la construcción de un centro de transformación, autorizado el 4 de julio de 1914.

El mercado se pensó trasladar a un solar existente entre las calles Vera, Barracas y Balbás, donde había estado el mercado de pescado antiguo, lo que se desechó por costar el terreno demasiado caro (unas setecientas mil pesetas). Posteriormente se proyectó trasladarlo a la plaza del Rey, lo que tampoco se efectuó. El transformador se quitó en 1929 y el mercado y su armazón se derribó en 1949, trasladándose al actual Mercado Central.

PLAZA VIEJA. La denominación de plaza Vieja de España, que era el mismo nombre tradicional, volvió a tener protagonismo con la denominación compuesta de Vieja, que era por demás el nombre tradicional frente a la nueva que era la de la plaza del Rey, y la advocación España, propia de la euforia nacionalista de aquel tiempo. Fue la denominación acordada en sesión municipal el 31 de diciembre de 1940. Un acto muy divulgado y popular.

Mi compañero, amigo y profesor José Sánchez Adell dejó escrita una cita del 17 de febrero de 1681, en la que se daba cuenta de que el llamado Pere Barberá vendía una casa de la plaza Mayor para construir el nuevo palacio municipal. El Ayuntamiento, claro, y nada menos que la cárcel, que se ha citado poco pero que dejó memoria más que notable en Castellón.

Y LA RADIO. En junio de 1933, el Ayuntamiento de Castellón, cuyo alcalde era don Manuel Peláez, concedió licencia para la instalación de una emisora de radio, según la solicitud presentada por don Ismael Palacio Bolufer. Y el 7 de septiembre siguiente se inauguraba la que iba a ser EAJ 14 Radio Castellón, en el número 26 de lo que hoy es la Plaza Mayor. Se trasladaría dos años después al edificio del Teatro Principal, entrada por la calle Moyano.