Los planes del Gobierno para el embalse de Arenós, el más grande de Castellón, tienen una noticia buena y otra no tanto. La primera es que el Ministerio de Transición Ecológica tiene previsto licitar durante el 2020 las obras para construir un nuevo aliviadero que debe permitir aumentar la capacidad de la infraestructura, muy mermada prácticamente desde su construcción y que nunca ha podido albergar los 137 hectómetros cúbicos (hm3) para los que fue proyectada. La noticia menos buena es que el ejecutivo central ha decidido dar carpetazo definitivo al proyecto que debía permitir solucionar de forma estructural los problemas de seguridad que el pantano ha presentado desde su inauguración en los años 80 del siglo pasado.

Así lo confirmaron a Mediterráneo fuentes de la Confederación Hidrográfica del Júcar, que aseguraron que este plan, que debía llevar a cabo la empresa pública Acuamed, «en principio está desechado», y que precisamente «por ello se realizan estas obras del aliviadero», que formaban parte del proyecto global y que están valoradas en 11,9 millones de euros. En principio, el plazo de ejecución es de 18 meses, con lo que no estará acabado al menos hasta mediados del año 2021.

PRUEBA EN VERANO // Tras las abundantes lluvias caídas en el interior de Castellón durante la pasada Semana Santa, con acumulados de más de 150 litros, Arenós llegó al verano con más de 100 hm3 de agua embalsada. Según explicaron desde al CHJ, esos niveles permitieron «estudiar el comportamiento de la presa» con más recursos de lo que es habitual. Los resultados de esa prueba fueron positivos, por lo que posteriormente se inició un desembalse para que la presa llegara a septiembre con alrededor de 70 hm3 --su nivel habitual en los últimos años-- para prevenir posibles avenidas por gota fría.

MÁS AGUA // El objetivo último de la construcción del nuevo aliviadero es garantizar el rápido vaciado de la infraestructura si se producen fuertes precipitaciones y así lograr que el embalse pueda almacenar 100 hm3 de forma habitual y con total seguridad. De lograrse, sería posible pensar en proyectos hasta ahora postergados, como el hecho de que el río Millars tenga un caudal ecológico durante todo el año.

Durante los 18 meses que durarán las obras, la CHJ no prevé problemas para los regantes, ya que el agua para el riego de los campos de la Plana se suele suministrar desde el embalse de Sitjar, por lo que los recursos hídricos sobrantes se almacenarían en este pantano, que tiene una capacidad de 49 hectómetros cúbicos y en la actualidad está al 69% de su capacidad máxima. De todas formas, y aunque no hubiera trabajos, las lluvias de la pasada primavera y de noviembre garantizan el riego en el litoral castellonense, al menos, hasta el verano.