El número 71.198 no pasará a la historia de la lotería de Navidad por ser uno de los gordos más madrugadores ni el más tardío, pero sí por ser el que tenga más sabor cañí. Su estela de suerte ha atravesado el país desde Vilalba, el pueblo natal de Manuel Fraga que se ha repartido 520 millones de euros, hasta Málaga, donde el barrio de Chiquito de la Calzada se quedó 129 millones. Por el camino, un camionero de regreso desde Galicia regó con 10 millones un asilo de la localidad de Campo de Criptana (Ciudad Real), la cuna de Sara Montiel.

A las 11.54 horas, los niños Yuseff Salhi y Noelia Katiuska Medina pararon el décimo alambre de la sexta tabla. Era el 71.198, el Gordo. Instantes después, la alegría desbordó Vilalba (Lugo), famoso en estas fechas por su capón. La administración El Alcázar, en la Rúa da Pravia, repartió 130 series del primer premio, unos 520 millones de euros, y el equivalente a 50 años de presupuesto local, según las cuentas del alcalde. Casi todo el mundo en el pueblo llevaba un décimo o bien conocía a algún agraciado.

A Campo de Criptana el premio se presentó a bordo del camión de Jesús, un voluntario de la residencia de ancianos Sagrado Corazón que siempre suele llevar lotería de los pueblos por los que pasa para repartir con sus compañeros. De los 25 trabajadores de la residencia, 22 llevan el número premiado con el Gordo, en solitario o compartido.

La fortuna llegó también al populoso barrio de la Trinidad de Málaga, una zona trabajadora y humilde, devota del Cautivo --una de las imágenes más conocidas y querida de la tradicional Semana Santa malagueña-- y conocida por ser la cuna de Chiquito de la Calzada, el humorista fallecido hace apenas un mes y que tomó su nombre precisamente de aquí, la Calzada de la Trinidad.

La fiesta también se montó en la Delegación de Movilidad del Ayuntamiento de Málaga, donde uno de sus empleados compró en la administración agraciada, La biznaga, 70 décimos para repartir entre sus compañeros, incluida la concejala del ramo.