Traspaso de poderes en la UJI con muchos temas pendientes. Unos, a reivindicar; otros, a solucionar. Vicent Climent deja a Eva Alcón una herencia que él mismo quería adelgazar, como explicó en la entrevista a Mediterráneo, pero no ha podido ser. Y son una prioridad en la agenda de Alcón hasta el 2022, tal y como ha reiterado desde que presentó el programa de su candidatura Per l’UJI. Lograr una financiación pública justa y estable para garantizar seguir siendo una universidad de referencia, la segunda fase de la facultad de Ciencias de la Salud, nuevos estudios en un renovado mapa de grados, dar más estabilidad a la plantilla, con el problema de los asociados y el requisito lingüístico sin activar por el veto del Consell Social.

EL MARCO ECONÓMICO, VITAL PARA GENERAR POLÍTICAS

Alcón tiene al frente un 2018 con las cuentas fijadas en 98,5 millones, unos 13 menos que en el 2010, en un contexto con más titulaciones --Medicina y Enfermería, con lo que comporta de consolidación--, másteres, estudiantes y profesorado. La UJI crece, pero su presupuesto no lo hace al mismo ritmo. Y esta es una reivindicación desde el 2010, cuando llegó Vicent Climent, y que, lejos de solucionarse, se ha acuciado, tanto que el rector abrió su último discurso de inicio de curso hablando de «amenaza» al proyecto universitario de Castellón y la inminencia de un «colapso financiero». Y, aunque tras un incremento de tasas «abusivo» en la era del PP, el Govern del Botànic las ha rebajado en un 7% (y bajarán un 8% más el curso que viene, aunque sin revertir en las arcas), la UJI debe «estabilizar su marco financiero» para generar sus políticas de futuro, de la mano de Alcón y su equipo. Tiene el «compromiso» de Ximo Puig y de Vicent Marzà, que no pasan de palabras, escudados en la infrafinanciación. Alcón insiste en esta reivindicación, fiándola a «la colaboración institucional».

A LA NUEVA FACULTAD DE SALUD LE FALTA UN 40% POR CONSTRUIR

La nueva facultad de Salud de la UJI se inauguró el 16 de febrero, con presencia de Puig y Marzà. Son solo tres de los cinco módulos proyectados, el 60% del edificio, con indefinición sobre el 40% restante. «La segunda fase se hará», repitieron desde el Consell, pero sin determinar ni cuándo se podrá licitar un proyecto que está hecho, aprobado, y que dará salida a las demandas no solo de la UJI «sino de todo Castellón», como dice la nueva rectora; ni de dónde saldrá la financiación.

UN MAPA DE GRADOS NO PARA LA UJI SINO AUTONÓMICO

Lo vienen pidiendo los rectores valencianos desde hace años y ahora está en la agenda de Alcón, con énfasis, en que debe ser «de las universidades valencianas en conjunto, para evitar duplicidades y repartir el alumnado cara a optimizar recursos». La rectora apuesta por más dobles grados, on line e internacionales.

FIJAR PLANTILLAS Y MEJORAR LA SITUACIÓN A LOS ASOCIADOS

Consolidar el empleo, y la carrera profesional del profesorado y el PAS son puntas de lanza de su programa, pero Alcón asumió también el compromiso de estudiar mejoras para el profesorado asociado, que supone cuatro de cada 10 docentes. Se quejan, no solo de los salarios, sino también de las condiciones laborales. La futura rectora promete revisarlas y reclamar a la Administración un convenio, para un colectivo que está en pie de guerra (y en huelga) en universidades vecinas, como la Politècnica y la de València,

EL REQUISITO LINGÜÍSTICO NO SERÁ OBLIGATORIO, DICE

Alcón no impondrá el requisito del valenciano en los grados, desmarcándose de la línea de Climent. Explicó que hará «una apuesta fuerte por el uso de la lengua propia, sin que eso implique que el alumno tenga impedimentos para titularse», tras el veto del consejo social a la medida, que sigue en stand by. Y en su apuesta por la internacionalización, queda pendiente un plan transversal para incrementar el inglés en el aula.