Todas las fuentes consultadas por Mediterráneo coinciden: la del top manta es una problemática de «muy difícil» solución en la provincia, ya que tanto las ordenanzas de ámbito municipal como las leyes contra la venta ilegal se revelan como ineficaces para actuar de freno ante este fenómeno, que desborda a las localidades turísticas del litoral.

«Ahora mismo entre los vendedores existe una sensación de total impunidad, ya que sus actos no tienen consecuencias», explica el secretario general de la Asociación Unificada de Guardias Civiles en Castellón, Antonio González. Y es que desde el ámbito de la Benemérita solo se les puede imputar un delito contra la propiedad industrial por su actividad, «y tiene que haber una denuncia previa de las marcas que se falsifican, lo cual no se suele dar».

«Detienes a una persona con 3.000 prendas falsas y está 10 minutos en el calabozo», señala.

consentido // Desde la Policía Nacional --que puntualmente ha apoyado a la Guardia Civil en tareas contra el top manta en la costa-- explican que se trata de una actividad que tiene «poco reproche social» y que para ponerle coto de manera definitiva «se necesitaría mucho personal».

Tanto desde este cuerpo como desde la Guardia Civil insisten en que lo más operativo en este caso es acudir al origen, es decir, actuar contra las «mafias» que surten de mercancía a los vendedores ilegales de la provincia.

En el ámbito municipal, las dificultades son de otro tipo, pero también de difícil solución. «Es fundamental cogerlos antes de que monten la parada. De lo contrario, ocurre que muchas veces intentan escapar, con el paseo lleno de gente, y se monta un gran escándalo», relata el jefe de la Policía Local de Orpesa, Clemente Rodrigo. Como avanzó ayer Mediterráneo, un agente de la localidad fue agredido en la madrugada del jueves por un mantero tras una persecución en coche.

También en contra de acabar con este fenómeno actúa la solidaridad de los vecinos, turistas y compradores, que suelen ser poco receptivos a que se desmonte la parada a los vendedores ilegales, como manifiestan desde los municipios turísticos. En Alcossebre «incluso se han encarado con los policías», manifiestan.