El padre de la bebé que falleció hace diez días tras una cesárea y un parto de 18 horas en el Hospital Comarcal de Vinaròs se reunió ayer con responsables del centro del Baix Maestrat, que le trasladaron su pésame por lo ocurrido y le facilitaron toda la documentación sanitaria relativa a este caso. Así lo confirmó a este periódico el propio progenitor, Miguel Requena, quien acudió a la cita acompañado por su padre.

Sin embargo, la madre de la pequeña fallecida no estuvo en el encuentro, pues se halla «hundida» tras lo ocurrido. «Ha pedido el cambio de especialista para no tener que tratar más con el matrón que la atendió en el parto y va a recibir tratamiento psicológico porque está muy mal», informó ayer Requena en declaraciones a este periódico.

En la reunión celebrada estuvieron presentes la directora del hospital, la jefa de recursos humanos, la directora general de asistencia sanitaria y el director económico, según explicó la familia. «Nos han dicho que sentían mucho lo sucedido, que estaban a nuestra disposición y que estaban recabando información sobre lo que pasó. De momento, no han sabido respondernos a qué sucedió para que mi hija muriera», destacó el padre de la bebé, quien busca un abogado especialista en negligencias para llevar adelante el proceso penal que inició cinco días después del óbito de la pequeña, cuando interpuso una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil.

«Los informes no reflejan ninguna cosa extraña, dicen que las constantes vitales eran normales. La realidad es que la niña fue trasladada a La Fe tras seis horas en el Comarcal y llegó muy mal. Nos dijeron que su TAC estaba plano y que quedaría en estado vegetativo», cuenta el padre, conmocionado por la muerte.

«Una indemnización no va a hacer que recupere a mi hija»

«A la dirección del hospital ya le he dicho que nada va a hacer que recupere a mi hija y una posible indemnización, tampoco», lamenta Miguel Requena. El padre de la recién nacida sostiene que quiere llegar «al fondo» de este asunto para determinar qué sucedió y que «nadie más tenga que pasar por algo similar». La familia afirma que la madre, de 29 años, «no había tenido problema alguno durante el embarazo, no era primeriza y la niña estaba bien y tenía un peso de casi tres kilos y medio».