Un grupo de agentes se presenta en una casa de Xilxes para asistir a un desahucio. Lo que en un principio tenía que ser un alzamiento acabó con la incautación de un centenar de plantas de marihuana y la detención de un vecino de 30 años de La vall d’Uixó. Ocurrió a principios de este mismo mes de abril. Días después, en Orpesa, la Guardia CIvil desmantelaba un cultivo indoor con 75 plantas de cannabis cuyo valor superaba los 7.000 euros. En febrero, la Policía Nacional descubría en el camí Entrilles de Castellón un cultivo con 300 plantas de hasta metro y medio de altura... Estos últimos golpes no son una casualidad. En la provincia este tipo de intervenciones se han convertido en una constante que se repite cada mes y lo hace prácticamente en todos los rincones de la provincia. «Las incautaciones crecen porque, lógicamente, hay más cultivos», apuntan fuentes de la Comisaría de Policía de Castellón.

Que los decomisos de marihuana van a más en Castellón es algo que constatan los últimos datos que maneja el Ministerio de Interior. Entre los años 2013 y 2016, las Fuerzas de Seguridad se incautaron en la provincia de 23.720 plantas de cannabis, según consta en una reciente respuesta parlamentaria remitida por el Gobierno al diputado del grupo socialista Antonio Hurtado Zurera. O lo que es lo mismo: cada año se aprehenden en Castellón una media de 6.000 plantas. Y aunque los datos del 2017 todavía no están cerrados, todo apunta a que la cifra continúa al alza. De hecho, en junio del año pasado, la Guardia Civil descubrió en Càlig una macroplantación de 1.282 plantas, mientras que en mayo de ese mismo año decomisaron 1.240 en los municipios de Torreblanca, Culla y Albocàsser.

Las plantas incautadas en 2016 en Castellón supusieron la aprehensión de 85,3 kilos de cannabis, según cifras de Interior. Esa cantidad alcanza en el mercado negro un valor de 425.000 euros. «Los cultivos interiores son más rentables porque no dependen de la climatología y permiten recoger hasta cuatro cosechas al año», coinciden todas las fuentes consultadas por Mediterráneo.

La marihuana es la droga más consumida en el mundo y está rodeada de todo un entramado legal que a muchos les parece contradictorio: no es legal cultivarla, no es legal comercializarla, no es legal transportarla, pero no está penado su consumo... siempre y cuando no sea en espacios públicos. En Castellón existen al menos tres clubes de cannabis y media docena de tiendas especializadas en la venta de semillas, abonos y útiles para su cultivo. Todos llevan años luchando por la legalización de la marihuana para usos terapéuticos y lúdicos.

EL PERFIL DE LOS CULTIVADORES

Pero, ¿quién cultiva marihuana a gran escala en Castellón? Las Fuerzas de Seguridad aseguran que el perfil es de lo más variopinto: desde gente muy joven que se ha metido para sacarse unos euros, hasta grupos de amigos, familias y clanes. «Todos buscan el beneficio económico», apuntan desde la Comisaría de Castellón. También están los que la cultivan para autoconsumo, aunque con la ley en la mano tener una pequeña plantación doméstica para uso y disfrute propio es ilegal. A quien le pillan en esta situación se enfrenta a una multa de entre 601 y 30.000 euros. «A partir de los 10 kilos de cannabis se suele considerar que está destinada al tráfico», explican otras fuentes consultadas. Instalar una plantación en una casa es bastante sencillo y la obtención de los materiales también lo es. De hecho, todo lo necesario se puede adquirir de manera legal.

Las Fuerzas de Seguridad dan con estas plantaciones de forma dispar. «La mayoría están escondidas en alquerías alejadas de otras viviendas, aunque han habido operativos en naves industriales e incluso pisos en la zona centro de la ciudad», coinciden tanto desde la Comisaria como de la Comandancia de la Guardia Civil de Castellón. Además, como el cultivo necesita de una inversión en electricidad muy grande, muchas de las plantaciones suelen tener un enganche a la red eléctrica para consumir sin tener que abonar facturas. H