Se niegan a ser considerados héroes, aunque su trabajo despierta una gran admiración y agradecimiento tanto para las familias de los pacientes como para cualquier persona que pase pocos minutos con ellos. Son el equipo de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) covid del Hospital General de Castelló, conformado por profesionales que hacen turnos rotatorios para vestirse con los equipos de protección individual (EPI) que se ponen para evitar los contagios. Hay médicos, enfermeras, técnicos auxiliares, celadores y personal de limpieza, entre otros. 'Mediterráneo' ha pasado una jornada con parte de este equipo observando como su única misión pasa por salvar vidas de personas que posiblemente jamás pensaron estar allí.

La UCI solo para enfermos covid se ha habilitado donde estaba la zona de rehabilitación. El día que 'Mediterráneo' acudió estaba completa, es decir, había 10 pacientes y otros cinco en la UCI corriente. Las medidas de seguridad son máximas. Llama la atención ver cómo sanitarios miran por una pequeña ventana blanca, es por allí, por donde se comunican con sus compañeros, con los profesionales que están dentro tratando a los pacientes. A través de allí se dan indicaciones o se solicitan fármacos al exterior a través de hojas escritas. Ellos, los sanitarios, han ido aprendiendo a contrarreloj desde el pasado mes de marzo. Ninguno se había enfrentado a una situación similar.

Allí en la ventana blanca, mirando a sus compañeros y esperando a cogerles el relevo y ponerse el EPI para acceder está el doctor Pedro Lorente. Lleva una década en la unidad de críticos. "Hemos ido aprendiendo para dar una respuesta clínica y humana. Esto es un trabajo de equipo, se trata de estar unidos, por lo que a veces es a costa del sacrificio personal, pero reconforta cuando los pacientes salen de la UCI y se salvan", señala, al tiempo que reconoce el trabajo tan importante que enfermeras y auxiliares realizan en el acompañamiento de estos pacientes que sufren una enorme soledad.

De todos modos, Lorente insiste en que todavía "queda mucha batalla por delante". "Hemos aprendido respecto a la primera ola, tenemos planes de contingencia que nos han permitido dar una respuesta. Sabemos que es fundamental disponer de recursos para adelantarse, pero la población debe cumplir con las medidas sanitarias", afirma.

Pacientes jóvenes graves

A pesar de la creencia existente de que las personas enfermas de covid que están en estado crítico cuentan con una edad avanzada, el doctor remarca que, cada vez, los pacientes son más jóvenes. "Hoy tenemos que valorar si ingresamos en la UCI a un paciente de 20 años", señala. Y es que la edad media de los enfermos allí ingresados ronda los 50 y 60 años de media.

Precaución en Navidad y vacuna

El doctor Lorente teme como muchos otros compañeros que los encuentros navideños con familiares y amigos desencadenen una tercera ola antes de que la mayoría de la población pueda estar inmunizada con la vacuna. "No podemos bajar la guardia", destaca, lanzando un mensaje claro a los escépticos con la administración de la vacuna. "Yo siempre digo que me pondría la primera, la segunda y todas las que salieran, porque es la única solución para combatir esta triste realidad que vemos a diario aquí", relata.

Sin duda, de los momentos más tristes y emotivos que se viven en la UCI covid es cuando los enfermos que por su cuadro clínico pueden contactan con sus familias a través de dispositivos móviles. "Es un shock para ellos y para sus familias. Las huellas de la enfermedad son profundas, pero siempre debe haber esperanza". "No solo intentamos curarles sino también cuidarles, apostilla, al tiempo que lamenta que "pesan más las vidas que se pierden que las que se salvan".

El doctor Lorente es uno de los diferentes profesionales que trabajan a diario en la UCI covid entrevistado por 'Mediterráneo, que en los próximos días publicará un amplio reportaje sobre el trabajo incansable que realizan con entrega y vocación.