Mientras el sector citrícola dice basta y muestra su indignación por la entrada masiva de naranjas y clementinas del hemisferio sur, la solución del ministro de Agricultura, Luis Planas, no va más allá de promover la transformación de naranja en zumos para provocar una «cierta relajación» en el mercado, y siempre dentro de los programas operativos existentes. Así lo manifestó ayer el titular de Agricultura después de que la consellera del ramo, Elena Cebrián, le trasladará su preocupación «por la evolución de la campaña citrícola, con unas cotizaciones inferiores a otras temporadas».

Cebrián también transmitió al ministro Planas la petición de «trasladar a Bruselas la necesidad de activar la cláusula de salvaguardia del acuerdo con Sudáfrica en la importación de cítricos» para minimizar los efectos de la masiva entrada de cítricos procedentes de este país y de otros situados en el hemisferio sur, como Egipto, Argentina o Brasil.

El portavoz de Agricultura del PPCV, José Ramón Calpe, celebró que la consellera les «haga caso» y solicite al Gobierno que medie ante Bruselas. «El Botànic solo acierta cuando escucha al PP», dijo.