La incidencia del mosquito tigre en la provincia va ganando terreno al resto de especies similares desde el año 2011, año de su aparición en Benicàssim, desde donde se propagó un año después a la capital castellonense y, a día de hoy, se ha extendido hasta estar presente en 76 municipios, según constata el primer estudio sobre este insecto dado a conocer ayer por el Servicio Provincial de Plagas de la Diputación de Castellón, en colaboración con la Universitat de València.

A pesar de su rápida y “silenciosa” propagación, su incidencia en Castellón este verano será bastante menor que en el pasado año, según explicaron ayer los técnicos que vienen asesorando a la Diputación y los diferentes ayuntamientos en el control de plagas. Esto será posible gracias a la colaboración y los trabajos que han venido desarrollando desde marzo los diferentes municipios.

Los técnicos presentaron ayer martes el primer informe mensual de evaluación, para cuya elaboración se han visitado y analizado, entre marzo y hasta mediados de mayo, un total de 85 municipios con el resultado de 76 términos municipales afectados por plagas del mosquito tigre en diferentes estadios. Así, 41 de estas poblaciones presentan una destacable presencia del invertebrado, especialmente en zonas situadas en el cordón del litoral, mientras que otros 35 han presentado casos puntuales de existencia de este insecto, que se ampara especialmente en espacios que presentan altas dosis de humedad, temperaturas elevadas y se ‘cobija’ en entornos urbanos.

ERRADICARLO, “IMPOSIBLE” // Esta investigación concluye que “estamos bien”, según explicó el catedrático de Entomología por la Universitat de València, Ricardo Jiménez, quien, pese a todo, incidió en “la imposibilidad de erradicar el problema. Nos basta con ir atenuándolo sin bajar la guardia, para lo que se requiere de tratamientos a lo largo de todo el año y mantener los actuales niveles de coordinación”, señaló.

Para el zoólogo, en estos días son más frecuentes las picaduras del cúlex (mosquito común), que actúa desde marzo hasta noviembre, mientras que las culisetas (mosquito alóctono) lo hará hasta bien entrado junio. De otro lado, los datos refrendan que el mosquito tigre va ganando protagonismo en la provincia, tal como se esperaba, alentado por una climatología que cada vez es más proclive a su expansión, según las conclusiones del informe.

“Pese a todo, vamos a tener un verano tranquilo”, apuntó Jiménez en una rueda de prensa en la que estuvo acompañado por el diputado provincial de Desarrollo Sostenible, Mario García, y por la bióloga del departamento provincial de plagas, Anto Roger.

En este contexto, los especialistas advierten a las autoridades municipales de “que hay que estar muy atentos a las posibles alteraciones que se dan en puntos muy concretos”, entre los que destacaron las zonas de fácil encharcamiento como ocurre en la capital de la Plana, en el cauce del río Seco, las zonas de marjal o el entorno del Millars, según explicó Jiménez, quien señaló que “si todo se hace como se debe hacer, ganaremos en cotas de tranquilidad este verano”, para lo que los entomólogos seguirán muy atentos a cualquier incidencia que pueda comunicarse. H