El Instituto Nacional de Estadística dice en sus últimos datos publicados que Castellón cuenta con 579.962 habitantes, de los que 291.885 son mujeres y el resto, 288.077, hombres. Los números hablan de una proporción equilibrada desde el punto de vista de la población, con apenas tres décimas a favor de las féminas, un colectivo que, sin embargo, pierde en los análisis de casi todas las variables en la sociedad.

En el caso del mercado laboral provincial, la mujer recupera lentamente posiciones en el ámbito de la contratación, pero siempre asumiendo la mayor precariedad. Las estadísticas emitidas por el Servicio Estatal de Promoción del Empleo (Sepe) revelan que en el 2015, hace cuatro años, el colectivo de género firmaba el 40% de los nuevos empleos en Castellón, proporción que se mantuvo en el ejercicio siguiente, el 2016, y no comenzó a remontar hasta el 2017, cuando pasó a suscribir el 42%, para alcanzar una proporción del 43% en el 2018 y alcanzar, finalmente, el 44% en el ejercicio que acaba de cerrarse.

En este último año, la cifra total de contratos iniciales ofertados por las empresas ha sido de 213.764, de los que 94.103 han correspondido a mujeres, mientras que el resto, 119.661, han sido para hombres, que aún suponen el 56% del conjunto.

La mejora numérica responde fundamentalmente a que las féminas se recuperan ahora de su salida masiva del mercado laboral durante la crisis, debido a que el uso social hace que, si hay que elegir quien trabaja en un hogar convencional, es el varón el que conserva su empleo y la mujer la que se queda en casa para atender a la familia, según explica el responsable de Empleo de CCOO en Castellón, Albert Fernández.

La brecha salarial de género que, como publicó Mediterráneo, no ha dejado de crecer en los últimos años, es otra de las razones para que en su momento las féminas engrosaran con más intensidad que los hombres las listas del desempleo en la provincia.

Ahora, explica Fernández, con el incremento de la oferta laboral, «la mujer también tiene acceso a más contratos». Sin embargo, puntualiza que, «si en general, elementos como la reforma laboral del 2012 han logrado precarizar en buena medida las condiciones laborales, son las féminas las que la sufren más».

El representante sindical, quien espera que el nuevo Gobierno introduzca al menos algunas mejoras, añade que el colectivo femenino «acapara buena parte de los contratos temporales, y también los que son a tiempo parcial, así como en sectores que tienen salarios más bajos». Es el caso de la hostelería, la manipulación de cítricos, el comercio, la limpieza y otras actividades del sector de los servicios.