Don Víctor, como trato afable y cariñoso. Así lo conocían todos. Multitudinario último adiós al doctor Víctor Menezo Rozalén ayer miércoles en una sentida manifestación de duelo. Fue en la capilla de Cristo Rey del Hospital Provincial. El todo Castellón se unió al dolor y consternación de familiares y amigos para despedir a un referente en el ámbito social y médico de la provincia.

Una ceremonia religiosa presidida por José Manuel Beltrán y cooficiada por Lucio Rodríguez y Joaquín Esteve, en la que se subrayó la ingente personalidad del oftalmólogo «por su alegría y su buen hacer». Beltrán manifestó, con la parábola del ciego de Jérico --evangelio atípico para un funeral--: «Con sus silencios apagados tenía deseos de poder encontrarse con Jesús; mendigo de luz (metáfora en clara referencia a la oftalmología) y pronto sintió la gracia del gran maestro de Nazaret; ten compasión de mí». «La luz contempla el corazón de Dios», detalló ayer Beltrán.

Dolor expresado en las evocaciones de quienes tuvieron la fortuna de conocerlo. Como Víctor Arandés, quien fue presidente del Real Casino Antiguo. «Un personaje en Castellón, tradicional, con fe y con sus costumbres, siempre dando la cara por todo y por todos, médico reconocido en la provincia y fuera de ella». «Era muy asequible, fácil de contactar con él, muy buena persona», destacaba Carlos Gómez, amigo personal de Víctor Menezo.

Mientras, Fernando Palomo, miembro del Rotary Club del que el oftalmólogo fue presidente fundador, calificaba al ilustre castellonense como «hombre inquieto en su profesión, abierto a ideas y una gran persona». El doctor Miguel Ángel Santamaría lo tildó de «amigo, entrañable, siguiendo la tradición familiar y una figura irrecuperable».

Palabras de elogio del presidente del Ateneo de Castellón, Vicente Castell Alonso: «Un hombre natural, agradable, siempre dispuesto a ayudar a todos los amigos y con unas condiciones humanas envidiables». En términos similares se pronunció el abogado y presidente del Consell Social de la UJI, José Luis Breva.

«Gran hombre, médico extraordinario y fiel amigo», lo evocaba Nicolás Martínez, quien fuera director médico del Hospital Provincial. Añadió que «ha sido uno de los cinco mejores médicos de la historia de la provincia».

EL VALOR DE UNA SAGA // Castellonense, Víctor Menezo, continuador de una apreciada saga de oftalmólogos, fue durante 40 años jefe del servicio de Oftalmología del Hospital Provincial. Enamorado de esta especialidad, fue precursor de innovadoras técnicas quirúrgicas y pionero en trasplantes de córneas. Pese a su jubilación, en el 2009, acudía con frecuencia a congresos y jornadas de oftalmología en una vocación de formación constante.

Fue fundador del Rotary Club de Castellón y su primer presidente y Moro de l’Any 1995 de la Asociación Moros d’Alqueria.