La cruz de los caídos del parque Ribalta amaneció ayer con nuevas pintadas, las enésimas ya en los últimos meses, pidiendo la demolició ja! del monumento, aludiendo al reciente derribo de una cruz similar en la Vall d’Uixó. Este último ataque no fue firmado. Sí lo hizo otro, que se produjo también ayer, en la sede del PP de Castellón, en cuya fachada apareció pintada la frase Fora símbols feixistes. BAF (Brigadas Antifascistas). En el caso de la cruz del parque Ribalta, condenó los hechos la plataforma en contra del derribo, calificándolos de ser alentados «por la cristianofobia».

En cuanto a la sede del PP, que también ha sido foco de este tipo de ataques recientemente, la presidenta local, Begoña Carrasco, aseguró que no van «a consentir actuaciones de grupos radicales que pretenden amedrentar a la sociedad castellonense». «Quienes nuestra sede, intentando acallar al Partido Popular y a la sociedad castellonense, son los mismos que el pasado 7 de julio pintaron las fachadas de la avenida Doctor Clará con lazos amarillos independentistas», señaló Carrasco. Por ello, exigió «una mayor contundencia a la alcaldesa contra estos actos vandálicos que preocupan a nuestros vecinos, que han mostrado su indignación por este tipo de gestos que están asociados al independentismo catalán que solo consigue la división y el enfrentamiento».

Pendientes de la retirada

En el caso de las pintadas de la cruz de los caídos, un operario de las brigadas municipales se encargó de limpiarlas y a mediodía de ayer ya no había rastro de ellas.

Hay que recordar que el Ayuntamiento está pendiente de recibir la autorización de la Conselleria de Cultura al proyecto de zona verde que ocupará el espacio donde se levanta ahora la cruz, para proceder a su retirada. La intención del bipartito es, en base a la ley de memoria histórica, y en cumplimiento del Pacte del Grau, quitar el monumento.