El precio medio de la vivienda usada subió un 1,68% en el 2018 en la provincia de Castellón, lo que provocó que el coste se situara en los 91.629 euros, según los datos de la Asociación de Inmobiliarias de la Comunitat (Asicval), que agrupa a la mayoría de empresas del sector. No obstante, el ciclo alcista, que en la provincia ha sido más moderado que en las grandes capitales españolas y el resto de la Comunitat, podría frenarse e incluso acabar en el 2019, pues prevén un ligero descenso del valor de los inmuebles debido a la ralentización económica y a una menor demanda.

De esta forma, el precio por metro cuadrado en pisos de segunda mano en la provincia se situó al cierre del último ejercicio en 741,8 euros, una cifra que en la capital de la Plana sube hasta los 866 euros (un 15% más) por el mayor dinamismo de la demanda urbana. El valor de las viviendas usadas es sensiblemente inferior a las de nueva construcción, pues en este ámbito el Boletín Especial del Observatorio de Vivienda y Suelo que el Ministerio de Fomento hizo público el pasado martes que el metro cuadrado en la provincia se sitúa en 1.043,3 euros.

Y si el coste de las compraventas creció de forma ligera durante el ejercicio anterior, el crecimiento fue más importante en los alquileres, con un incremento del 9%. De esta forma, arrendar una vivienda en la provincia costaba al cierre del 2018 una media de 475 euros, casi 40 euros más que un año atrás y 120 menos que en el conjunto de la Comunitat (594 euros).

Si en el ámbito de las compras la diferencia entre la capital y el resto del territorio provincial es sustancial, no lo es tanto en los alquileres, pues apenas suben cinco euros, hasta los 480, en Castellón. En Valencia, arrendar un piso cuesta 654 € de media.