En la Plana hay una comunidad de regantes que destaca por su singularidad. Se trata de la de Burriana, la única de su entorno (y muy probablemente de la provincia) que no cuenta en su término municipal con el riego por goteo extendido.

Su presidente, Juan Burdeus, señala que ello se debe a que en su día (hace más de una década), y una vez disponían ya de los terrenos para construir la balsa de regulación y del proyecto para acometer la inversión, la Conselleria les «pidió una segunda votación» en asamblea. Y en esta, en un momento en que la naranja ya no ofrecía beneficios, ganó el no, recuerda.

Esto hace que, hoy, los agricultores de Burriana --hay «unos 5.000 propietarios», señala Burdeus--, todavía rieguen a manta, «tengan que abonar con sacos y les salga más hierba» en los huertos, además de asumir un mayor gasto en agua al necesitar más para regar sus huertos, reconoce.

No en vano, según ha podido saber este diario, mientras las comunidades de regantes de su alrededor no utilizan la concesión de que disponen --se suelen quedar en un 80% del cupo que les llega del Sindicat Central d’Aigües del Millars--, la de Burriana siempre necesita más agua de la que le corresponde, en torno a un 120% de su concesión, señalan fuentes conocedoras. Es decir, los agricultores de Burriana utilizan un 50% más de agua que los de su entorno.

Ante esto, Burdeus apunta que su deseo es «estar modernizado, como todos», pero que, si ya no lograron la subvención años atrás, ahora «parece difícil» que la Administración vuelva a subvencionar las obras de modernización de regadíos.

Algo que no sucede en puntos cercanos. Por ejemplo en Vila-real, donde un par de zonas que no cuentan con riego por goteo están trabajando para conseguir una subvención del 50% de la inversión y en un par de años acometer las obras, apuntan fuentes conocedoras.