Ya le tocaba. El porcino vive por fin un momento dulce y esta época de bonanza se traduce en inversiones y ampliaciones de granjas y, en consecuencia, en más cerdos. En Castellón se contabilizan 612.802 cerdos, según datos del Ministerio de Agricultura correspondientes al mes de mayo. Son un 6,8% más que un año atrás y 110.000 animales más que en 2013. Con 575.000 plazas de engorde de cebo y casi 37.000 cerdas reproductoras, Castellón se posiciona como la primera provincia de la Comunitat en número de plazas, y más de la mitad de los cerdos que se crían en territorio valenciano salen de las granjas de comarcas como Els Ports o el Maestrat. En Valencia el censo asciende a 374.240 mientras que en Alicante es de apenas 62.192

En muchos municipios productores de la provincia se están acometiendo ampliaciones de granjas. «El sector del porcino se está profesionalizando y eso es muy positivo. Hay ganaderos que están realizando inversiones para modernizar las explotaciones y para introducir mejoras en el bienestar animal», describe Francis Fererres, técnico de la Unió de Llauradors i Ramaders que critica, no obstante, que en los presupuestos de la Generalitat para 2018 solo se destinen 800.000 euros a mejorar la competitividad de todas las explotaciones ganaderas de la Comunitat. «Las ayudas son insuficientes y hay que tener en cuenta que cada vez que un ganadero invierte en mejorar su explotación está dando trabajo a profesionales como fontaneros o electricristas», insiste.

Parte de la estabilidad que vive el porcino en Castellón se debe al incremento de las exportaciones. «El sector depende totalmente de las ventas al exterior. Si se cortaran los envíos el porcino se hundiría», explica Ferreres, quien asegura que las empresas comercializadoras han abierto nuevos mercados. Un dato. En 2016, el sector nacional batió un récord histórico de exportaciones tras vender más de dos millones de toneladas por un valor de 4.500 millones de euros.

UN SECTOR INTEGRADO // Las exportación es una de las claves y la otra es el sistema de integración, al que pertenecen el 95% de las explotaciones de porcino de la provincia. Esto significa que la granja está controlada por grandes empresas integradoras que son los propietarios de los animales, pagan la alimentación y la sanidad. Las naves y el cuidado de los cerdos están en manos del propietario de la nave al que le abonan un fijo por animal o kilo de cerdo criado. Esta estructura se ha instalado con fuerza en la provincia y tiene ventajas e inconvenientes. «Cuando al conjunto del sector le va muy mal porque los precios son muy bajos el ganadero no lo nota tanto, como tampoco se beneficia cuando los precios son altos», describe.

Pero, ¿cuántas explotaciones porcinas hay en Castellón? ¿Qué municipios tienen más cerdos? Los datos que maneja la Unió de Llauradors contabilizan en Castellón 560 granjas que pertenecen a 490 empresas familiares. «Eso significa que hay familias que tienen más de una explotación», sentencia el técnico de la organización agraria. Morella, con más de 60 explotaciones, es el municipio de la provincia con más cerdos. Le siguen Vall d’Alba, les Coves de Vinromà o la Salzadella.

Como les ocurre al resto de sectores, la alegría suele ir por barrios y mientras el grueso de las granjas viven una época de estabilidad, quienes trabajan por libre sufren los vaivenes del mercados. Tras un verano con precios altos (la media en lo que va de año es de 1,31 euros el kilo de carne en vivo), las cifras han vuelto a bajar hasta los 1,5.