La provincia de Castellón pierde 331 habitantes en el primer semestre de este año, según los últimos datos presentados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Si bien el 1 de enero del 2018 eran 569.556 los vecinos empadronados, a fecha del 1 de julio de este año esta cifra bajó a 569.225, lo que supone una disminución de más de 300. Tal y como explica el profesor del área de Geografía Humana de la Universitat Jaume I (UJI), Francisco Javier Soriano, las dos principales causas de esta reducción en el número de personas residentes en la provincia son la merma en la natalidad -un 3% en el primer semestre- y el crecimiento de la mortalidad, «ya que cada vez somos más viejos», disparándose a más de 3.000 en este mismo periodo de tiempo, como publicó Mediterráneo el miércoles.

Así las cosas, este experto apuesta por fomentar la natalidad creando nuevas políticas sociales para este fin que pasarían por disponer de permisos de paternidad y maternidad más largos o crear un mayor número de guarderías, «como sucede en los países nórdicos donde la media es de dos hijos por pareja».

Así, y de seguir con esta tendencia a la baja, «se producirían problemas en un futuro en relación a las pensiones o al sistema sanitario porque llegaría un momento en el que las personas que tienen que sustentarlo serían menos que las beneficiadas porque la mayoría serían jubilados».

Esta disminución de la población en la provincia de Castellón es una característica común en los últimos años ya que en el 2016 había 579.245 habitantes, 575.470 en el 2017 y la cifra de los primeros meses del 2018 es de 569.556 vecinos.