Las tensiones internas que vive EUPV a raíz del cese del coordinador general de la formación, David Rodríguez, tras conocerse que realizó un viaje a Cuba supuestamente sufragado con fondos públicos, ha tambaleado la frágil correlación de fuerzas en la coalición también en la provincia, en la que se dan sendas corrientes formadas por caras conocidas de la política provincial como es la exedil castellonense Carmen Carreras, del lado oficialista, o la eurodiputada Marina Albiol, que se sitúa en la corriente más afín a los postulados que defiende el coordinador general del partido, Alberto Garzón.

Rodríguez fue elegido en asamblea por apenas un par de votos sobre su rival, Rosa Pérez Garijo, diputada provincial en València y de la cuerda de Alberto Garzón. Fruto de esta doble manera de entender la coalición de izquierdas, los postulados de unos y otros, lejos de aunarse, han mantenido las diferencias y, en algunos municipios de Castellón, se han acentuado, tal como señalan fuentes internas consultadas.

La ajustada votación para el Consell Polític Nacional de la formación fue fiel reflejo de la polaridad de unos posicionamientos entre la ortodoxia de quienes desconfían de las alianzas y quienes se profesan abiertos a compartir escenarios con el resto de fuerzas de la izquierda. Para buena parte de estos integrantes y militantes de EUPV, el debate interno abierto y las posturas enfrentadas «vienen en el peor momento, cuando en apenas unos meses se abrirán nuevos procesos electorales», lamentan desde la coalición.