El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, no está seguro de que los 1.300 millones que el Consell ha incluido en su presupuesto para pagar los servicios básicos fundamentales puedan llegar a través de la mejora de la financiación autonómica, tal como no cesa de reivindicar. Al menos así lo dejó entrever ayer en Castellón a preguntas de este diario. Eso sí, aseguró que llegarán “por una vía u otra”, en relación al FLA, por el que “hasta ahora han llegado”.

Puig no quiso ni siquiera valorar que la Generalitat pueda entrar en un colapso económico en el caso de que el retraso en la formación de Gobierno pueda impedir la reforma a tiempo de la financiación autonómica que aporte los fondos. Y es que ese dinero “es para pagar a los médicos, maestros, los servicios públicos fundamentales, que los tiene que cubrir el Estado. De una manera u otra, pero los tiene que cubrir”.

Y es que, recordó, “no se puede castigar más a los valencianos” con una financiación injusta cuando la Generalitat “no tiene un problema de gasto”, sino “de ingresos”. A la hora de qué Gobierno prefiere para que atienda la reforma de la financiación que urge a la Comunitat, Puig no cerró ninguna puerta e indicó que “sea cual sea” el color del próximo Ejecutivo estatal “tiene que atender las necesidades de los valencianos”, por lo que le pidió que sea “sensible” y “nos trate en igualdad de condiciones, con una mirada no partidista y de defensa siempre del interés general”.

Eso sí, mostró su esperanza de que sea un Gobierno “lo más progresista posible, porque hay una fractura provocada por la desigualdad muy grande que tenemos que suturar”, en un claro guiño a que avance la negociación entre el PSOE, Podemos, IU y el resto de fuerzas de izquierda.

Puig también se refirió a la multa de 19 millones de euros que el Ejecutivo estatal transfiere a la Generalitat por la desviación del déficit del 2008 al 2011, en la etapa del PP, y señaló que el Gobierno “no puede continuar insultando a los valencianos” y le pidió que asuma la multa. H