El president de la Generalitat, Ximo Puig, evitó ayer hablar de la crisis política vivida este verano entre los socios del Pacte del Botànic a raíz, fundamentalmente, de la fijación de un nuevo techo de déficit a cambio de 850 millones que pasan a engrosar las arcas autonómicas. A pesar de que compareció en Les Corts para hablar de la extinción del reciente incendio de Llutxent y de que posteriormente comió con un nutrido grupo de empresarios, Puig evitó ayer manifestarse sobre las discrepancias surgidas entre los responsables del PSPV y Compromís, tal como hizo también el pasado miércoles tras reunirse con la vicepresidenta Mónica Oltra para abordar el tema.

Sí que lo hizo Oltra, quien ayer señaló que las diferencias «no son malas, lo malo es cuando solo decide uno».

En su comparecencia en Les Corts, Puig calificó de «acertado» el dispositivo de Llutxent, porque, aunque consumió 3.270 hectáreas, podía haber superado las 20.000 porque su extinción fue «muy complicada» y su inicio coincidió con otros 11 incendios en la provincia de Valencia. Asimismo, el jefe del Consell anunció que el 7 de septiembre se aprobará el decreto del Servicio de bomberos forestales, que los reconocerá como trabajadores públicos de la Generalitat.