Muchos quioscos de la provincia de Castellón han mantenido abiertas sus puertas desde el inicio del estado de alerta para prestar un servicio considerado como esencial. Uno de estos establecimientos es el que regentan Rebeca y Cristina López, de l’Alcora, que está ubicado en la plaza La Salle, número 8.

«Considero que estamos haciendo una labor social muy destacada, porque nuestros compradores son, sobre todo, las personas mayores, quienes no suelen tener acceso a internet y necesitan estar informados de todo lo que está sucediendo», detalla Rebeca López. «Aunque las ventas han bajado desde que decretaron el confinamiento, los periódicos se han convertido en un bien muy preciado. De hecho, durante los últimos días Mediterráneo se ha agotado rápidamente porque hay mucha necesidad de saber cómo están conteniendo la pandemia en Castellón», asegura.

Una lucha diaria

López subraya las dificultades a las que está enfrentándose el sector de la distribución de prensa: «Cada día que levantamos la persiana es una lucha por cuadrar los números, pero en nuestro caso en ningún momento nos hemos planteado cerrar. La situación económica es muy mala para toda la población y nuestro caso como quiosqueras no es distinto, pero confiamos en que podremos salir adelante».

Junto al periódico Mediterráneo, otros de los productos estrella en este conocido establecimiento de l’Alcora son «los pasatiempos y las revistas de cocina».

«El principal problema en estos momentos es encontrar alicientes para sobrellevar la reclusión en casa y lo cierto es que en los quioscos tenemos numerosas publicaciones para informase y entretener durante unos minutos la cabeza y evitar las preocupaciones», manifiesta Rebeca López.

Abierto de lunes a domingo, de 8.00 a 13.30 horas, la responsable de este distribuidor de prensa recalca que «en l’Alcora hay vecinos que se organizan para que un miembro de una misma familia, aunque no vivan juntos, compre el periódico para llevárselo a sus padres y que se mantengan informados sin tener que salir en ningún momento a la calle».

En este sentido, Rebeca López considera que en la capital de l’Alcalatén la población se «ha tomado muy en serio el confinamiento». «Aunque siempre hay casos aislados de conductas poco cívicas, creo que son puntuales y la gente sale lo justo y exponiéndose lo mínimo», dice. Finalmente, la quiosquera de l’Alcora confía en que «ojalá termine pronto el confinamiento», pero teme «que la situación va a alargarse más de lo esperado», indica.