La presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres, FAMPA Penyagolosa, y de la Confederación Gonzalo Anaya, la vila-realense Silvia Centelles, reconoce que el conseller Vicent Marzà ha hecho una clara apuesta por poner a la pública en el lugar donde corresponde en estos cuatro años, pero le pone deberes, como el hecho de que siga habiendo muchas zonas necesitadas de profesorado cualificado o que queden centros en barracones. Además, pide revisar el calendario con criterios educativos.

--¿Cuáles son las peticiones al conseller de Educación, Vicent Marzà, para la nueva legislatura a nivel provincial y autonómico?

--Bueno, en principio, que sigan trabajando y apostando por la escuela pública, tal y como han hecho estos cuatro años atrás. Todavía queda mucho trabajo por hacer y, por eso, estamos aquí las familias para recordárselo.

--¿Cuáles son los principales logros obtenidos durante estos cuatro años anteriores?

--Es cierto que durante estos cuatro años de legislatura ha habido un cambio importante con respecto a la apuesta por la escuela pública. Tenemos que valorar positivamente la implantación de Xarxa Llibres, el aumento de becas de comedor, la mayor dotación de profesorado y la aceleración de las sustituciones del profesorado, aunque todavía se hacen eternas las de difícil cobertura (en pueblos del interior o de especialidades con pocos docentes). También valoramos la radiografía que se hizo de las instalaciones de los centros. Hemos visto una clara apuesta por poner a la pública donde le corresponde

--¿Y qué deberes son los que se han quedado pendientes?

--Por supuesto, quedan muchas cosas por hacer. Respecto a la elección del valenciano por parte de los centros, Conselleria debe vigilar y formar al profesorado. Seguimos teniendo muchas zonas, tanto de la provincia de Castellón y de la zona sur de la Comunitat Valenciana, que están necesitadas de profesorado cualificado. Todavía quedan centros en barracones. Y centros que se deben construir o reformar. Aún queda amianto a nivel de la Comunitat que retirar. El concierto escolar también es un tema pendiente de esta Conselleria. Desde la federación, pedimos que se concierte únicamente en aquellos casos que sea necesario porque la pública no llega. Además, hay que trabajar en una Ley Valenciana de Educación.

--Algunas AMPA se han quejado de la poca participación de los padres en estos colectivos, ¿qué se puede hacer al respecto?

--Sí, es cierto; en muchas ocasiones nos encontramos que algunas AMPA desaparecen porque no hay familias que continúen con esta labor de voluntariado. Tanto desde la Federación como desde la propia Administración, debemos seguir trabajando y animando a las familias para que no abandonen una entidad tan importante como es una AMPA, ya que dentro de los centros educativos hacemos un papel primordial representando a las familias. Nosotros podemos animar y contar nuestras experiencias como padres y madres colaboradores, pero la Administración también debería legislar para que el trabajo que intentamos realizar esté regulado y no nos encontremos con impedimentos, sobre todo, en el ámbito laboral.

--Recientemente tanto la FAPA como la Confederación Gonzalo Anaya han pedido una concreción en la norma de extraescolares, ¿cuál es el problema?

--Sí, referente al tema de las extraescolares hemos de decir que es unos de los pilares y punto fuerte de las AMPA, puesto que son actividades que se ofrecen a las familias. El curso 18-19, la Conselleria intentó regular estas actividades, pidiendo que fueran gratuitas para todos y que fueran pagadas por los centros, y ligadas a aquellos niños que eran becados de comedor. Aquellas instrucciones nos resultaron increíbles porque ponían en peligro las actividades organizadas y gestionadas por tantas y tantas AMPA por lo que desde la Federación de Castellon se pidió que esta parte de la normativa, donde se regulaba esto, quedara sin efecto este curso. Cosa que fue así. Y, por tanto, las familias pudimos mantener las extraescolares como hasta ahora, al mediodía y de pago. Cabe recordar que el precio es asequible para todos los padres y madres y, además, son compensadoras de desigualdades porque, si no es de este modo, muchas familias no podrían hacerlas fuera del horario escolar.

--¿Echáis algo en falta en la jornada continua, por ejemplo, el diagnóstico del modelo?

--Referente a la implantación de la jornada continua, vemos que Conselleria todavía no ha emitido ningún informe de evaluación que valore cómo ha ido su aplicación, cuáles han sido los resultados en los centros donde ya hace tres años que se está aplicando. No sabemos si se han pasado encuestas reales de satisfacción o no a las familias que pudieran condicionar la vuelta atrás…. Queda mucho trabajo que hacer respecto a esta normativa y a su implantación y, al final, quienes pagan las consecuencias son los niños y sus familias.

--¿Os preocupan los casos de ‘bullying’ en las aulas?

--Nos preocupa mucho el acoso escolar. Creemos que la Administración debe tomarse en serio este problema y actualizar los programas contra el bullying, el plan Previ para mejorar la convivencia en los centros, que ha quedado un poco olvidado. Existen experiencias que dan buenos resultados, como las tutorías entre iguales, que fomentan el diálogo, la resolución de conflictos en el aula, entre iguales y entre grupos de diferentes edades. Además, se deben intensificar las acciones de formación conjunta, entre maestros y familias, y también las tutorías con las familias. Otra iniciativa que funciona muy bien para mejorar el clima escolar es la apertura de los centros a los padres y madres, permitiéndonos colaborar en sesiones y actividades durante el curso.

--¿Creen necesario modificar el calendario escolar actual?

--Pensamos que sí que habría que darle una vuelta. En otros países de Europa se utiliza otro modelo. Los padres de la pública siempre nos quejamos de que está muy ligado al religioso. Aquí hay vacaciones de Navidad, en Pascua, y los padres de la pública pensamos que no debería estar ligado así. Deberíamos regirnos por uno escolar, por ejemplo, cada dos meses una semana de descanso, pero nunca vinculado a fiestas religiosas, como es nuestro caso. Debería haber un debate para cambiar este modelo. Por ejemplo, en Cantabria, hace dos cursos se cambió, pero fue sin consultar a las familias y no era lo que estas querían porque siguen teniendo las vacaciones navideñas, las de Pascua, etc. Hacer un cambio y una revisión del modelo actual es difícil, porque hay que dar la vuelta a todo el sistema educativo, seguramente eso también podría conllevar un cambio en el currículo, que también es una petición que tenemos. La Administración debería planteárselo y nunca es un debate que tengan encima de la mesa.

--¿En cuanto a los exámenes de Selectividad debería abrirse un debate para cambiar este modelo educativo que hay ahora?

--El de Selectividad es un debate que los padres de la pública solemos tener porque hay bastante diferencias entre las diferentes comunidades autónomas.