El modo en el que el Gobierno de Pedro Sánchez ha pactado con Bildu la derogación de la reforma laboral no gusta a ninguna de las partes implicadas, tampoco a los sindicatos, quienes a pesar de «estar de acuerdo en el fondo» no lo están «en la forma». Tanto CCOO como UGT llevan desde el 2012, año en el que el Ejecutivo de Mariano Rajoy aprobó la nueva legislación laboral, reclamando su eliminación.

«Somos partidarios de tomar estas decisiones desde el diálogo social. Está claro que los empresarios rechazan cualquier derogación, pero aquella reforma trajo peores condiciones a los trabajadores. Por ejemplo, en Castellón provocó la prescripción del convenio de la hostelería, pasando a pagar el salario mínimo», señaló el secretario general de UGT en Castellón, Francisco Sacacia.

El responsable provincial de CCOO, Albert Fernández, insistió en que el momento «no era ahora» y abogó por el consenso para afrontar esta crisis.