Visto para sentencia

El exmarido de una maltratada de Vila-real dio un tiro que casi mata a su actual novio

El acusado de intento de homicidio, un cazador sin licencia de armas, dice que «se le fue la cabeza» al ir ebrio y drogado y la fiscal pide 9 años de prisión

El procesado por la tentativa de homicidio, sentado ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia.

El procesado por la tentativa de homicidio, sentado ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia. / BIGNÉ

Un vecino de Vila-real, que se encuentra en prisión provisional desde su detención, se sentó ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial para enfrentarse a un delito de intento de homicidio por el que la Fiscalía pide para él un total de 9 años de cárcel --junto con un delito de tenencia ilícita de armas--.

Y es que el pasado año, el procesado disparó cuando pasó por delante del bar en el que se encontraba el novio de su exmujer con unos amigos, en Vila-real. El proyectil no alcanzó a la víctima, pero pasó cercano a su cabeza e impactó contra el toldo de una terraza. La Fiscalía sostiene que quiso acabar con la vida del perjudicado.

El acusado dijo ayer al tribunal que cuando sucedieron los hechos estaba «borracho» y «drogado» y que «se me fue la cabeza». El hombre, que es cazador pero no tiene licencia de armas en vigor, disparó con una escopeta que era de fogueo, pero estaba modificada. 

"Le disparé para asustarlo"

«Cuando pasé por el bar, empezaron a reírse. Le disparé un tiro para asustarlo, pero no me detuve ni nada», declaró el procesado, quien además tiene sentencias condenatorias por delitos de violencia sobre su exmujer, como recordó la acusación particular.

La víctima declaró tras un parabán y dijo que el acusado y él no tenían «ninguna relación». Negó que se mofaran de él y explicó que, de hecho, inicialmente ni siquiera lo vio pasar. «Creo que tenía preparado hacerme algo porque dos semanas antes estuvo un poco amenazante y se puso delante de mi furgoneta», relató.

El amigo de la víctima que fue testigo del disparo confirmó que el autor del tiro «invadió el carril contrario para acercarse a nosotros y se puso a nuestra altura, quedándose casi parado».

Varios agentes de la Policía Nacional declararon como testigos. Uno de ellos relató que en el registro del vehículo encontraron dos cuchillos en la puerta del conductor y un cartucho. 

Una munición rara y difícil de encontrar

El inspector que dirige la brigada de policía científica explicó que la munición utilizada por el acusado era del calibre 32, «bastante inusual y difícil de encontrar» y confirmó que, a la escasa distancia a la que se efectuó el disparo, los daños personales hubieran sido de mayor gravedad que más lejos.

Durante los informes, las acusaciones aseguraron que la víctima sufrió «un fogonazo, un quemazón en la cabeza tras el disparo» y concluyeron que el autor del mismo sí tenía intención de matar.

La defensa lo niega y mantuvo que un cazador experimentado no falla si no quiere a esa distancia.

El acusado recalcó en su alegato final que él «mata animales, pero nunca a personas».