El diario The Economist ya lo avisó en diciembre: «2019 será el año del veganismo». Con esta afirmación se refería a nivel mundial, pero España y siendo más concretos, Castellón, no ha sido una excepción. Nuestra provincia no ha quedado excluida de esta invasión veggie y según un estudio realizado por la consultora Lantern, llamado The Green Revolution, las razones son: el respeto por los animales (60%), la sostenibilidad medioambiental (21%) y la salud (17%).

Una investigación de Ipsos Global Advisor confirma que un 20% de los españoles es vegano. Esto significa que una de cada cinco personas excluye o modera el consumo de alimentos animales, es decir, 3,5 millones de españoles siguen una alimentación alternativa.

Castellón no se queda atrás. Una de las coordinadoras de la Organización Vegana Intersección Autogestionada de Castelló (OVIA), Elisabet García, declara que la «oferta de productos veggies en supermercados ha aumentado, sobre todo aquí porque cada vez hay más veganos». «Estos cinco años hemos vivido como en las tiendas de la provincia hay cada vez más opciones», añade Belén Portalés, también activista en OVIA.

Portalés cuenta lo siguiente: «Cuando empecé, en Castellón no había nada en los supermercados. Ahora ha habido una evolución increíble. En todas las grandes superficies encontramos productos que podemos consumir tranquilamente, como platos preparados. Aunque sean más caros. Ojalá sigamos avanzando». Asimismo, la coordinadora manifiesta que «esto está al alcance de todos, pero que cada una elija qué o a quién prefiere comerse».

Adaptarse al cliente

Mercadona y Consum coinciden en aumentar los productos veggies para adaptarse a la demanda de clientes que pide cada vez más «compromiso».

Por otro lado, Elisabet García incide en que «a medida que se vea que este estilo de vida es sostenible habrá más oferta». Además, explica que productos estrictamente veganos siempre ha habido (cereales, legumbres…) y que las adaptaciones omnívoras a esta dieta han hecho que se potencie el consumo comida basura o precocinada.

Reducir o eliminar totalmente los productos de origen animal puede ser difícil. «Los vegetarianos lo tenemos más fácil al ser más flexibles», opina Adrián Alba, un castellonense que no come nada de carne. Sin embargo, Portalés no piensa igual. Cuenta que en su familia ella es la única vegana y que cuando va a cenar fuera no suele encontrar problema. «Te hacen cualquier cosa con verduras», dice. La activista explica que, además, se han ampliado las cartas: «Ya no nos ofrecen solo una ensalada, cada vez hay más variedad».

También hay locales especializados que, curiosamente, llevan abiertos poco tiempo. El dueño de un restaurante en Castelló de comida rápida vegana, en marcha desde hace un año, afirma que ha tenido «una gran acogida» y que el público es «bastante heterogéneo», ya que van omnívoros y veganos.

¿Veganismo significa carencias nutricionales?

El nutricionista castellonense especializado en dietas veganas y vegetarianas Jose Luís Díaz Cruz avala: «Una dieta vegana puede ser igual de equilibrada que una omnívora, siempre que se eviten los ultraprocesados o alimentos con bajo valor biológico y se organice con un especialista en nutrición».

El experto desarrolla que la base de este tipo de dietas son las legumbres y recomienda la suplementación o bien con cápsulas o tomando alimentos enriquecidos con vitaminas como la B12 o la D.