Ante la necesidad de adaptar las procesos productivos a las nuevas realidades y necesidades, en Simetría Grupo (en el ámbito de la obra civil, edificación, fabricación de materiales de construcción, gestión energética y servicios de seguridad privada, con sede en Castelló, València y Madrid) han realizado una apuesta por la transformación hacia un concepto de empresa más sostenible, donde su política medioambiental y de calidad ha ganado peso especifico entre sus prioridades, tal como se desprende del análisis de su memoria anual, hecha pública esta misma semana.

Como inciden desde el grupo, tienen «muy en cuenta los aspectos e impactos ambientales» que sus actividades generan en el entorno y, por ello, han propiciado una transformación de su organización para dar respuesta a la necesidad de aplicar «una visión integral de los procesos en los que la vertiente ambiental ha ganado mucho peso específico».

Huella de carbono

De la mano de la innovación y con el propósito no solo de garantizar la satisfacción de sus clientes, sino de la asunción de un «compromiso con el medio ambiente», han logrado posicionar sus empresas en el liderazgo nacional por lo que respecta al cálculo de su huella de carbono, tal y como consta en el Ministerio de Transición Ecológica.

Las prioridades que establecen respecto de la sostenibilidad van ligadas, inevitablemente, con lo que definen como su «política de responsabilidad social», que abarca tanto el compromiso ambiental como el ético. Tal es su nivel de autoexigencia, en este sentido, que cuentan con un canal de denuncias que permite poner en conocimiento de la dirección «cualquier comportamiento irregular, ilícito o delictivo», dado que su código ético es de aplicación en todos sus ámbitos de actuación.

La transparencia forma parte de esas líneas estratégicas esenciales, de ahí que en su memoria den cuenta de sus acciones desde el punto de vista de la responsabilidad social, su política de recursos humanos, la diversidad e igualdad, y la ya mencionada política de medio ambiente y calidad.

Desde el último empleado hasta el más alto de los cargos directivos, todos tienen acceso a las directrices de su código ético y de conducta, así como a los principios de actuación y compromisos desde el punto de vista de la responsabilidad social, lo que es posible por «la implicación de todos los miembros de la compañía, tanto para la consecución de los objetivos planificados, como en la capacidad de aprender de los retos alcanzados», inciden.

Su memoria ha sido estructurada a partir de los requisitos de la guía GRI Standars, considerada el principal referente en cuanto a responsabilidad social corporativa. Pero por si fuera poco, una vez concluida «ha sido sometida a un proceso de verificación independiente, que refuerza la calidad y credibilidad de la información aportada», concluyen.