Las lluvias torrenciales han dejado en Orpesa hasta 248 litros por m² en tan solo 48 horas. Una cantidad de agua histórica que ha conllevado múltiples incidencias, rescates e inundaciones. La situación empezó a volver, poco a poco, ayer a la normalidad, tras cesar las precipitaciones a partir del mediodía. No obstante, los daños registrados son cuantiosos.

Los alrededores de la playa de la Concha son de los más castigados, pues además de ser una de las zonas más bajas del municipio, las fuertes lluvias desbordaron el barranco de la Rampuda e inundaron las avenidas próximas. Por ello, el Ayuntamiento cortó al tráfico el acceso a la localidad costera, así como el vial de entrada a esta playa y a les Amplàries. La situación ayer ya estaba «completamente estabilizada» y reabrieron todo al tráfico, a excepción del camino Viejo y la Tall, «ya que por ahí pasa el río Chinchilla», según explicó la alcaldesa, María Jiménez.

Durante la jornada dieron comienzo «los trabajos de limpieza y las reparaciones con la ayuda de maquinaria para limpiar la suciedad que ha arrastrado el agua», indicó la munícipe.

Asimismo, continuaron funcionando las bombas de achique de agua y, al dejar de llover, fue bajando el nivel acumulado, según añadió la concejala de Seguridad, Araceli de Moya, pero algunas viviendas continuaban afectadas por la acumulación de agua.

Además, resultaron afectados diversos locales comerciales, garajes, trasteros, así como mobiliario de las zonas de la playa.

Los bomberos tuvieron que rescatar a distintas personas en el municipio, tres de ellas trabajadores de la depuradora, que quedaron atrapados por las inundaciones y no podían salir.