Tanto Tina Campayo como Fini Ruiz, vecinas del barrio San Agustín y San Marcos, afirmaron ayer haber pasado «una mala noche», ya que tenían «miedo de que se desbordara el barranco del Sol, que estaba sin limpiar». «Yo tuve que poner plásticos en la puerta del terrado de mi casa para que no entrara agua, como sucedió en algunas casas porque el alcantarillado estaba sucio», afirma Campayo. Por su parte, Fini Ruiz, recordó: «Llevamos 40 años quejándonos de que no se encauza el barranco del Sol y cada vez que llueve nos inundamos, sin que nadie dé soluciones. Mucho prometen las autoridades y poco hacen. Nos sentimos un barrio abandonado». Calles inundadanas y puertas tapiadas eran la imagen de ayer del lugar.