Situación atípica la que se registra en el campo de Benicarló. Días después de las últimas lluvias, los manantiales de agua dulce (ullals) aún rebosan agua y expertos en la materia auguran que seguirá siendo así varias semanas.

«Desde navidades de 1990 no se producía un hecho similar, al menos con tanta cantidad de agua como ahora, y entonces duró hasta febrero», apuntó Ximo Bueno, especialista en temas medioambientales. «Las últimas lluvias, sumadas a las de noviembre, marzo y las de la borrasca Gloria cargaron el acuífero de La Jana, que es de donde proviene y ese agua alimenta la capa freática y llena los pozos, algo que resultará beneficioso para la agricultura porque, presumiblemente, al menos durante dos años no habrá sequía y mejora la calidad del agua de los pozos porque se rebaja su salinidad», señaló.