El idilio de los extranjeros con la vivienda de la costa de Castellón empieza a correr peligro. Si la cifra de turistas de otros países que optan por pasar las vacaciones sigue siendo muy pobre en comparación a otras provincias españolas, con la compraventa de viviendas ocurre algo muy similar. Y, además, los datos van claramente a la baja. Este 2019 la demanda se ha enfriado y durante la primera mitad del año las transacciones han caído un 8%. ¿Los motivos? El fin de los chollos en la playa y el brexit, que ahora sí, parece que empieza a pasar factura al mercado de la vivienda.

Tras cerrar un 2018 con 2.021 operaciones de compraventa de casas por parte de extranjeros (el doble que en el 2013, cuando apenas se cerraron 1.031), este 2019 las cosas ya no son tan positivas. La última estadística que maneja el Colegio Notarial de Valencia revela que entre los meses de enero y junio los extranjeros adquirieron 976 viviendas en la provincia, 78 menos que durante el mismo periodo del 2018, cuando se vendieron 1.054. La demanda nacional también ha retrocedido, pero lo ha hecho de una manera mucho más suave: de las 3.856 transacciones de los seis primeros meses del año pasado a las 3.845 de este 2019, es decir, un 0,2% menos.

De las 976 viviendas que los ciudadanos extranjeros compraron en Castellón durante la primera mitad de este año, 297 las adquirieron familias rumanas, otras 155 fueron compradas por personas de nacionalidad marroquí, 21 por argelinos y 9 por chinos. El resto (494) fueron a parar a manos de turistas franceses, alemanes o ingleses, una cifra que tras varios años al alza ahora retrocede y lo hace con claridad.

La demanda internacional de vivienda se enfría y uno de los mercados en retroceso es el británico. Tres años después del referéndum en el que una exigua mayoría de ciudadanos británicos votó a favor de abandonar la Unión Europea, el efecto brexit parece que empieza a afectar al ladrillo de Castellón. De hecho, en los seis primeros meses de este año, la compraventa de viviendas ha caído un 16,6%, desde las 49 transacciones del año pasado a las 42 de este ejercicio. Y en la Comunitat Valenciana, la tendencia todavía es más acusada: las ventas se han hundido un 22%, un desplome que ha sido especialmente intenso en Alicante

DE ALCOSSEBRE A PEÑÍSCOLA // Los turistas británicos compran menos segundas residencias en Castellón, pero su destino preferido sigue siendo Alcossebre. De hecho, esta localidad acapara el 25% de las transacciones protagonizadas por familias inglesas, seguida de Orpesa y Peñíscola. Pero es que, además, la presencia de ciudadanos británicos en la provincia también va claramente a menos. Un ejemplo: en enero del 2012, el número era de 2.064. mientras que a finales del 2018 la cifra se había reducido a 1.173.

Los turistas británicos compran menos viviendas en Castellón y los franceses, también. Durante los primeros seis meses del año adquirieron 145 en la provincia, 27 menos que el mismo periodo del año pasado. Aún así, los franceses son los que más se fijan en la costa de Castellón a la hora de invertir en una segunda residencia y su destino preferido es Peñíscola. Le sigue Vinaròs, Alcossebre, Benicarló y Orpesa. Los alemanes, por su parte, han adquirido 45 inmuebles vacacionales en Castellón durante el primer semestre de este año, y Vinaròs y Peñíscola han sido sus primeras opciones.

Lo que apenas varía es el tipo de vivienda que comprar. El grueso de los pisos y chalets que los extranjeros han adquirido en Castellón son de segunda mano y solo 23 eran obra nueva, un porcentaje similar al de los compradores de nacionalidad española.