Cuando a mediados del pasado mes de junio se estrenó la Ley reguladora de los Contratos de Crédito Inmobiliario, más conocida como la nueva ley hipotecaria, muchos advirtieron que vendría acompañada de una sorpresa desagradable para el mercado. Y no se equivocaron. En julio y agosto la compraventa de viviendas en Castellón ha retrocedido un 10% respecto a los mismos meses del año pasado y la firma de hipotecas también se ha enfriado. Pero la buena noticia, que la hay, es que si se analizan los datos de los ocho primeros meses del año, el mercado sigue acelerando. La suma de todos los préstamos para vivienda firmados entre enero y agosto ya está un 31% por encima del pasado ejercicio en parte gracias al buen comportamiento de abril y mayo.

En Castellón el mercado hipotecario aguanta y, además, lo hace con fuerza. Durante los primeros ocho meses del año, y según el Instituto Nacional de Estadística (INE), se han concedido en la provincia 2.998 hipotecas para la compra de vivienda con un volumen financiado conjunto de 228,5 millones de euros, es decir, con un importe medio de 76.217 euros. El incremento respecto al mismo periodo del año pasado es del 31% en el caso de las operaciones (2.334 de enero a agostos del 2018) y del 18% en capital prestado. Con estas cifras, el mercado hipotecario provincial se sitúa en su mayor nivel de actividad desde el 2011.

En Castellón se firman cada día una media de 12 hipotecas, y otro dato que llama la atención es el fuerte repunte de las de tipo fijo frente a las de tipo variable. Las primeras ya suponen prácticamente la mitad del total de firmas, mientras hace una década eran marginales (apenas suponían el 3%). ¿El motivo? El descenso de los tipos de interés, que ha abaratado estos créditos.

UN DESCENSO PUNTUAL // Los datos son positivos, pero la entrada en vigor de la nueva ley hipotecaria, en junio, ha tenido algunos efectos. El primero es que la concesión de préstamos en agosto se ha desplomado, desde los 330 del 2018 a los 212 de este año. «Las hipotecas se han desplomado en agosto, y lo han hecho en prácticamente todo el país. Hay que tener en cuenta que las cifras de créditos de agosto corresponden a operaciones cerradas en junio, y la caída se debe en exclusiva a la entrada en vigor de la nueva ley hipotecaria que paralizó la concesión de financiación desde mediados de dicho mes», argumenta Fernando Encinar, de estudios del portal Idealista.

Encinar se muestra optimista y augura que los datos retomarán la senda alcista en el último trimestre y el año volverá a cerrar en positivo. «A pesar de que se trata de una caída puntual y motivada por aspectos técnicos, las autoridades deberían reflexionar sobre la implementación de este nuevo entorno legal», dice.