Marc Ortiz, castellonense de 23 años, no podía imaginar cuando decidió marcharse a Miami a hacer un curso de inglés de tres meses que sería desalojado por un desastre natural. El joven, que vive en el barrio de Davie, permanece ahora acogido en casa de una familia de Lleida, sin electricidad y apenas puede comunicarse con sus familiares. Así lo explica su madre, Mari Luz Alcón, que sigue la evolución de la tormenta tropical sin despegarse del ordenador. «Vivo pegada a la BBC desde que mi hijo tuvo que abandonar su casa. Está siendo horroroso», reconoce la castellonense, que ha logrado hablar con su hijo por FaceTime una única vez.

«No pueden cargar los móviles ni los ordenadores, así que están dosificando la batería porque no saben lo que puede durar esta situación», lamenta Mari Luz.

Aunque la familia es consciente de que el joven se encuentra bien, la preocupación es inevitable. «Está en una vivienda de seis plantas, con cristales antihuracanes y con gente a quien conoce, pero como madre estoy asustada», cuenta a Mediterráneo, deseosa de que el temporal remita para poder volver a hablar con su hijo con normalidad.