En apenas nueve días, uno de los mayores espectáculos deportivos que se puede ver en España llegará a Castellón. Se trata de la Vuelta, la prueba más importante en el calendario ciclista nacional, que transcurrirá por la provincia en dos etapas de media montaña y con llegadas en alto que servirán para marcar las primeras diferencias entre los favoritos. Espectáculo garantizado, sí, pero también un importante impacto económico para hoteles y negocios de restauración en un momento en el que la temporada alta ya toca a su fin.

Distintos hoteles y casas rurales contactadas por Mediterráneo confirman que la mayor parte de los alojamientos del interior, situados en el Alt Maestrat pero también en Els Ports, ya no tienen habitaciones libres o, en algún caso, disponen de muy pocas. Un ejemplo paradigmático es el del hotel Los Arcos de Vilafranca, población situada a escasos kilómetros de Ares, donde acaba la etapa del jueves 28. Su encargada, Milagros Segura, explicó que tienen el establecimiento lleno y ya están rechazando nuevas propuestas de aficionados.

No obstante, la mayor parte del impacto económico lo deja la caravana de la prueba, formada por unas 3.500 personas entre los que se encuentran no solo los miembros de los equipos sino también trabajadores de logística de las distintas marcas publicitarias, directivos de las mismas, organizadores o periodistas. El responsable de Turismo Rural de la patronal Ashotur, Joaquín Deusdad, confirmó que en su negocio (El Faixero, en Cinctorres) dormirán varias personas vinculadas al equipo Movistar.

IMPACTO MUY POSITIVO // En el hotel Los Pinos, junto al balneario de Benassal, 40 de las 70 habitaciones estarán copadas por personal adscrito a varios conjuntos ciclistas. Su administrador, Alberto Sáez, aseguró que si no aceptaron más reservas es porque «tenemos muchos clientes propios a los que no podemos dejar en la estacada», pero destacó el impacto positivo que deja la Vuelta, valorado en un millón de euros en toda la provincia: «Ojalá vinieran todos los años».

Una de las peculiaridades de las reservas vinculadas a esta prueba ciclista es que la mayoría están hechas desde hace meses y el pago ya está realizado, lo que facilita la labor de los alojamientos. Así lo explicó Vanessa Barberá, responsable del hotel El Prat de Llucena, que el viernes 29 llenará sus habitaciones gracias a los empleados de las empresas de montaje de la caravana ciclista. Ese día la prueba acaba en el temido puerto del Mas de la Costa, a escasos kilómetros del pueblo.

Pero las necesidades de la Vuelta también dejarán beneficios en hoteles situados en la costa, fundamentalmente de Orpesa, Benicàssim y Castelló. El hecho de que la etapa del 28 de agosto acabe en Ares, donde la infraestructura turística es limitada, provoca que hoteles como el Orange (Benicàssim) se preparen para albergar a más de 100 personas.

En el caso de los restaurantes, varios negocios de municipios por donde pasa la carrera han contratado el doble de personal del que disponen habitualmente.