Y llegó el final. La Asociación de Hijas de María del Rosario concluyó ayer sus fiestas anuales con el tradicional retorno de su patrona a la sede de la entidad, la Casa Social Mosén Gil. De esta forma, la entidad social y religiosa vila-realense cierra un ciclo de 15 jornadas de celebraciones que arrancaron el domingo 30 de septiembre, con el multitudinario pregón en el Auditori.

Pero el de ayer fue un regreso de la imagen de la Mare de Déu del Rosari diferente y especial, por cuanto el sacerdote mosén Vicent Gimeno Estornell dedicó una poesía --es la primera vez que se lleva a cabo esta iniciativa-- a la Virgen a las puertas de la sede social de las rosarieras y momentos antes de entrar en la misma.

Un centenar de personas relacionadas con este colectivo participaron en la comitiva, que salió de la iglesia arciprestal tras la misa por las difuntas de la asociación.