La feria internacional de Cevisama 2020, paradigma de la innovación cerámica, supone un escaparate de primer nivel para mostrar la revolución tecnológica que vive Talleres Cortés desde hace unos años y que hoy ya es patente en todo el proceso productivo y postventa.

El viraje hacia la industria 4.0 que emprendió la factoría de l’Alcora, cuando la digitalización todavía se vislumbraba a lo lejos, llegó para quedarse y hoy es momento ya de consolidar un modelo funcional y exitoso.

La premisa es clara: inversión en I+D+i aplicada al producto y al taller, a toda la cadena que hace posible el día a día de Talleres Cortés, empresa pionera en la matricería cerámica. El pulso tecnológico no deja lugar a dudas y obliga a continuar reciclándose para que profesionales y equipos satisfagan a un cliente más exigente y con necesidades diferentes a las de antaño. La revolución informática en el taller llegó para quedarse y hoy es un elemento indispensable.

El primer paso de este cambio supone la digitalización de la planta para que nada escape al control desde el ordenador. Es el modo más útil de que la plantilla conozca al momento el estado de cada producto para garantizar la máxima agilidad y evitar fallos en la cadena. La novedad de esta apuesta en firme por la digitalización fue, en su día, la apertura del proceso al cliente. Es decir, el usuario también tiene la oportunidad de conocer a tiempo real el estado de su pedido. Máxima transparencia como garantía de calidad.

Hoy, esta nueva forma de trabajar funciona a la perfección en la factoría de l’Alcora gracias a un programa de gestión interno para la producción. Se trata de un control de calidad interno, derivado de un interés de la dirección por continuar mejorando los resultados y, sobre todo, la satisfacción del usuario que requiere moldes, punzones o cualquier otro elemento de la industria auxiliar cerámica. ¿Es fácil? En absoluto. El hecho de digitalizar todo el proceso y someterse a unos estándares de calidad de primer nivel obliga a estar en constante autoevaluación. Pero, por supuesto, merece la pena.

CAPACIDAD DE RESPUESTA

Esa es la verdadera I+D+i de la que tanto se ha hablado en los últimos años. En el caso de Talleres Cortés, nos referimos a informatizar la planta y a flexibilizar la producción, la personalización del catálogo y la capacidad de responder en el servicio post-venta con igual celeridad. Ello ha obligado a destinar recursos humanos y económicos para no detener ese reciclaje continuo que impone el sector cerámico.

La industria 4.0 es ya una realidad en la planta de l’Alcora, adaptada a una nueva forma de trabajar, desde la gerencia al taller y el cliente. El equipo multidisciplinar comparte los valores de esta filosofía que obliga a enfrentarse a los cambios sin reticencias, como retos hacia una empresa más potente. Talleres Cortés avanza con seguridad frente a los desafíos de la industria en este 2020.