Jesús Arjona heredó de su padre la pasión por los pájaros. En su casa siempre habían existido periquitos, canarios, y demás aves, por lo que desde niño continuó con la afición de su progenitor. De hecho, ahora ya cuenta con 57 ejemplares en el aviario de su domicilio. Lo que no sabía es que este hobby le iba a llevar a ser campeón del mundo, pero lo cierto es que el de Almassora se ha colgado una medalla de oro, otra de plata y otra de bronce en el reciente Campeonato Mundial de Ornitología Portugal 2020 en la modalidad de timbrado original.

El propio Arjona explica cuál es el baremo que dirime el pájaro merecedor de subir al podio en una cita de este prestigio: “Consiste en enjuiciar por dúos la canción que canta el pájaro siguiendo una planilla que tiene ciertas notas. El juez ve los giros, campanas, floreos que tiene y evalúa si lo dice o cómo lo dice”. Para conseguir la perfecta afinación de los canarios, el almassorí debe enseñar a los jóvenes “con pájaros maestros en habitaciones aisladas. Copian lo que dice y después hay que entrenarles para que el estrés de la competición no les impida cantar”.

El joven de 26 años acudió a la cita en Portugal con seis ejemplares divididos en tres dúos, y todos ellos fueron reconocidos con sendas medallas. “Llevo compitiendo solo esta temporada. En los primeros concursos que hice en Huesca y Zaragoza ya fue premiado, y fue allí donde me animaron a presentarme primero en el Nacional, donde ya conseguí dos medallas, y después en el Mundial”, destaca Jesús Arjona, que explica las consecuencias que le han traído estos reconocimientos: “Por de pronto he vendido un ejemplar ganador por 250 euros, cuando el precio de este tipo de canarios ronda los 30 euros. Por ganar el Mundial no te dan dinero, de hecho pagué 114 euros para participar, pero te llevas el prestigio y muchas facilidades para vender las crías. Me ha llamado muchísima gente interesada”.

Más que un criador, el almassorí se define como “un entrenador. Igual que en el fútbol da órdenes, yo tengo que elegir bien al maestro de los pequeños, los cruces genéticos, dar órdenes…”. Mención especial merece la dieta que hace seguir a sus aves: “La llevo yo personalmente y la voy cambiando dependiendo del momento de la temporada. Normalmente la baso en semillas y en una especie de bizcocho”.

Lo que no puede ocultar Jesús Arjona es su pasión por los animales, pues en su casa, al margen de con los citados 57 canarios convive con peces, dos tortugas y un perro. “Se llevan bien entre ellos”, asegura un joven que le dedica a diario mucho tiempo a sus animales: “El secreto está en hacer lo que te gusta. Además tengo buen horario laboral y no tengo hijos, así que puedo pasar tiempo con ellos”.