El Recinte Fester de Almassora acogió ayer la II Feria Flamenca con concentración de caballistas, exhibiciones de baile y tres actuaciones musicales en directo durante la tarde. La indumentaria propia de esta cita tomó la carpa durante la mañana con demostraciones de sevillanas y flamenco, que reunieron a aficionados y expertos en el espacio.

La concejala de Fiestas en funciones, Isladis Falcó, recordó que la propuesta, con la organización de Cavalls d’Almassora, vio la luz el año pasado con gran éxito, por lo que el Ayuntamiento optó por repetir la cita. «Son muchas las personas que sienten afecto en nuestro municipio por este tipo de cultura popular y esta es una posibilidad de disfrutar de las raíces flamencas sin necesidad de desplazarse al sur», señaló.

La jornada empezó con la concentración de caballistas en la carpa y la subida al paraje de Santa Quitèria para compartir un almuerzo de hermandad. Mientras, en el Recinte Fester hubo demostraciones de baile de cuatro academias. Y a mediodía fue la comida de hermandad. Para ello, pusieron a la venta pulseras a un precio único de 15 euros, con paella, bebida y aperitivo.

La tarde y la noche quedaron reservadas para las actuaciones musicales, con acceso gratuito durante todo el día, y «un cartel de primer nivel para atender a un público exigente, conocedor y fiel seguidor de los grupos y cantantes punteros», según Falcó.