El Ayuntamiento de Burriana envía entre 225 y 250 notificaciones al año para que los propietarios de solares procedan a su limpieza. Es el resultado, en gran parte, de la época del boom urbanístico. Lo que en muchos casos era una oportunidad de negocio, con la llegada de la crisis se convirtió en parcelas sin edificar en las que además proliferan las malas hierbas e incluso la suciedad y, en determinados casos, hasta la insalubridad. En ocasiones, como ha ocurrido esta semana, se han llegado a producir incendios.

El edil de Vía Pública, Vicent Aparisi, indicó: «Desde que llegamos al gobierno, hace algo más de dos años, los técnicos municipales han remitido entre 450 y 500 requerimientos para que los dueños adecuen los terrenos». El resultado es muy diferente y, mientras que el global apunta a que en el 30% de los casos se obtiene la respuesta esperada, al analizar los datos exhaustivamente se adivina que cuando las misivas llegan a vecinos particulares, «el índice de respuesta es alto», pero que ocurre todo lo contrario «cuando van dirigidas a sociedades mercantiles».

En este segundo caso, el proceso se dilata mucho en el tiempo, con recursos e incluso artimañas para realizar la limpieza, como notificar al Ayuntamiento que van a hacerla o presentarse en el sitio el mismo día que el consistorio para paralizar el trámite y tener que volverlo a iniciar.

El consistorio, antes de entrar en un solar para actuar, indicó el edil, «tiene que notificar tres veces la orden de limpieza». Además, la forma de dar a conocer estas órdenes es muy costosa.