Hasta 11 jabalís fueron abatidos ayer en Benicarló tras las repetidas denuncias de agricultores de la zona por los daños en sus plantaciones y la consiguiente pérdida económica ocasionada por los efectos de la superpoblación cochinera. La batida, organizada por Sociedad de Cazadores San Huberto de la localidad, se llevó a cabo en las proximidades del Corral de Petiquillo.

«Los productores estaban desesperados por los destrozos que manadas de jabalís causan es sus fincas, acabando con buena parte de los cultivos y, ahora, además, en plena temporada de recolección de mandarinas, estos cerdos salvajes se alimentan de los cítricos, generando cuantiosas pérdidas», puntualizaron desde este colectivo de cazadores.

La situación ha adquirido tintes preocupantes, por lo que solicitaron la autorización pertinente a Medio Ambiente para poder realizar la batida, ya que en este tipo de terrenos no se puede cazar y, precisamente por ello, los jabalís escogen estos lugares «para campar a sus anchas». Antonio Peinado, presidente de la Sociedad de Cazadores San Huberto y delegado de la Federación de Caza en el Baix Maestrat, explicó ayer que esta especie «está arrasando las plantaciones de alcachofas y, sobre todo, sienten especial predilección por las mandarinas, ahora que están en un estado óptimo de madurez».

Peinado indicó que los animales «arrancan el fruto del árbol, algo que no habían hecho antes. Además, existen agricultores que, a raíz de los graves daños causados en sus cosechas, se verán obligados a sembrar de nuevo porque no han dejado nada».

SEQUÍA

El responsable de este colectivo sospecha que la sequía está detrás de esta circunstancia. «La falta de lluvia ha hecho que en los montes apenas encuentren comida y durante las noches van a las explotaciones agrarias para abastecerse», añade.