El reconocimiento de Fiesta de Interés Turístico local para la Semana Santa de Benicarló, ha supuesto un espaldarazo a esta celebración y a la propia localidad que, desde hace décadas, hizo suyo el eslógan de Benicarló, una ciudad con acento religioso y estos días ha vuelto a dejar patente el fuerte fervor de los benicarlandos.

Un sentimiento que ayer pudo verse en los actos que tuvieron lugar en torno al Viernes Santo. De hecho, las fuertes rachas de viento y la continua amenaza de lluvia no impidieron la celebración del vía crucis del Alba, a las 7.00 horas, aunque a cubierto en el templo de Sant Bertomeu. Más tarde, también se realizó en las parroquias de San Pedro Ápostol y Santa María del Mar.

Los actos más destacados de la jornada tuvieron lugar por la tarde, con la Meditación de las Siete Palabras --donde se recuerdan las últimas frases que pronunció Jesucristo antes de morir en la cruz-- y la procesión del Santo Entierro, en la que tomaron parte las cofradías de la Oración en el Huerto, Santísimo Cristo de la Flagelación, Virgen de la Esperanza, Jesús Nazareno, Descendimiento de la Cruz, Santo Sepulcro y Virgen de los Dolores.