--A mitad de la legislatura, ¿de qué actuaciones se siente más satisfecha y qué queda por ejecutar en el municipio?

--Me siento satisfecha de muchas cosas, pero, sin duda, obtener fondos europeos que pueden cambiar el municipio es uno de los mejores logros. No se trata de arreglar una calle para dejarla igual sino de convertir Benicarló en una ciudad más sostenible, más verde y más amable para los viandantes y ciclistas. También tenemos pendiente culminar un proyecto importante con un eje central del Mucbe hasta la plaza Constitución, y una avenida Marqués de Benicarló peatonal.

--Para poder dedicarse a la alcaldía en cuerpo y alma solicitó una excedencia en el IES Ramón Cid, donde ejercía de profesora de Matemáticas. ¿Qué es más difícil, mantener a raya una clase llena de adolescentes o la paz y el orden en una sesión plenaria?

--Ninguna de las dos. Veo más dificultad en la gestión cotidiana del Ayuntamiento en el día a día.

--Su claro y público posicionamiento al lado del sector crítico de Pedro Sánchez, ¿cree que puede traerle consecuencias?

--No, no tiene porqué. Eran dos opciones y es legítimo apostar por una de ellas dentro del partido. En Valencia mi apuesta, sin duda alguna, es Ximo Puig.

--El momento más dulce de lo que lleva de legislatura...

--Ha habido muchos momentos, pero me quedo en el día a día, en recibir diariamente a los ciudadanos y escuchar sus problemas y poderlos solucionar.

--Y el más duro o amargo...

--No poder solucionar problemas o no poder impedir el retraso de proyectos importantes.

--Conocía el funcionamiento del Ayuntamiento porque llevaba varios años como concejala en la bancada socialista, pero, ¿imaginaba que ser alcaldesa era como está siendo?

--No imaginaba que hubiese tanta burocracia; todo se demora, es muy farragoso. Cada paso que se da debe cumplir unos trámites, pasar por distintas áreas municipales, someterlo a estudios para valorar la viabilidad. Sinceramente, creía que era todo más rápido y expeditivo. Por poner un ejemplo, se precisa un mínimo de 6 ó 9 meses para llevar adelante cualquier proyecto urbanístico.

--¿Tiene aspiraciones políticas de ejercer de diputada, senadora, presidenta de la Generalitat... o se conforma con la alcaldía?

--No hay que cerrar puertas porque quizá el día de mañana me ofrecen algo que me apasiona y me gustaría hacer, pero, en principio, me conformo con la alcaldía. Si entré en el Ayuntamiento fue para trabajar por Benicarló e intentar conseguir un mejor futuro para la ciudad y pienso que, como alcaldesa, tengo los medios para hacerlo posible.

--¿Cuántas legislaturas considera que precisa para llevar adelante su proyecto de gobierno?

--Eso sí lo tengo muy claro. Con una legislatura no es suficiente, se precisan al menos dos.

--¿Repetirá como candidata a la alcaldía en las próximas elecciones? Si es así, ¿repetiría la alianza con sus socios de gobierno?

--Faltan dos años y no se sabe qué puede pasar; no cierro ninguna puerta. El pacto de gobernabilidad creo que ha sido muy positivo, pero no negaré que si me volviera a presentar me gustaría tener una mayoría suficiente.

--Además del volumen de trabajo y gestiones que lleva la alcaldía, se puso también al frente de una de las áreas municipales más complicadas, Urbanismo.

--Sí, puede ser que asumiera demasiada responsabilidad y volumen de trabajo porque, además, soy una persona muy responsable y perfeccionista y me gusta hacerlo todo yo. Ahora que llevo media legislatura soy consciente de que debería aprender a delegar y que solo con haber aceptado la alcaldía iba más que servida; pero hay áreas que casi nadie quiere ponerse al frente porque su gestión es problemática.

--También le queda tiempo para interactuar con la ciudadanía en las redes sociales. ¿Qué opina de que se utilice Facebook como púlpito para que la gente exponga sus quejas sobre su gestión y equipo de gobierno?

--No soy partidaria de ello. Las puertas del ayuntamiento están abiertas para todos y la Concejalía de Participación Ciudadana ofrece los recursos y herramientas para dar voz a los ciudadanos. Las redes sociales más que como plataforma se utilizan como sumidero y muchas de las acusaciones son partidistas, injustas o falsas. Tampoco me gustan las polémicas ni las trifulcas en las redes. Por eso no suelo contestar.

--Viajemos en el tiempo. Dentro de unas décadas, y sin olvidar que ha hecho historia al ser la primera alcaldesa de Benicarló, ¿cómo le gustaría que recordasen su paso por el consistorio?

--Me gustaría que me recordasen como una alcaldesa cercana y participativa. De hecho, intento acudir a casi todos los actos en los que requieren mi presencia y disfruto participando en las citas que son más tradicionales.

--¿Resulta difícil conciliar su vida familiar y profesional?

--No es fácil desconectar. Dedico muchas horas al trabajo del Ayuntamiento, pero intento reservar tiempo para mi familia y amigos. Me gusta ir a andar y hacer ganchillo me relaja.