La Unidad Militar de Emergencias (UME), desplazada a Vilafranca desde el pasado lunes, realizó ayer un ejercicio multirriesgo invernal, enfocado al rescate de civiles, con el fin de poner a prueba su capacidad real de respuesta ante determinadas situaciones extremas.

En las inmediaciones de la zona del Llosar, los militares desplegaron un total de 420 efectivos y 125 vehículos. Entre el personal y maquinaria hubo equipos de telecomunicaciones, sanitarios y de apoyo logístico. Además, también participó el Batallón de Transmisiones, que aportó su unidad de drones.

El área escogida destaca por ser una zona fría y de montaña. Dos elementos vitales para aproximarse al máximo a las condiciones reales en las que trabajan cuando entran en acción ante emergencias invernales.

Durante los días en los que se ha desarrollado el entrenamiento, los soldados han dormido en tiendas de campaña para enfrentarse, más si cabe, a la temperatura nocturna en Els Ports.

Desde el Ayuntamiento de Vilafranca, la teniente de alcalde, Sílvia Colom, se congratuló porque la UME realizase el ejercicio en la localidad. «Nos alegra que esta unidad venga aquí para prepararse y desde el consistorio damos las facilidades para que puedan trabajar en las mejores condiciones posibles», dijo.