Un año más, el calendario festero y religioso se solapó en Benicarló al coincidir las Fallas con la procesión del Cristo del Mar. Sin embargo, el respeto y la fe que profesan en la ciudad a la imagen propició que el bullicio y la jarana propios de las fiestas josefinas no interfiriesen en el devoto pasacalle. De hecho, muchos falleros abandonaron por espacio de unas horas los casals para sumarse a la tradicional manifestación de fervor al Jesús marinero.

Este año, además, está previsto que se produzca otro hecho relacionado con la imagen. Y es que, tras un controvertido debate en la última sesión plenaria municipal, los pendones del Cristo del Mar volverán a colgar de los balcones de la casa consistorial mientras dure el novenario después de dos años, coincidiendo con el inicio de la legislatura, sin que ocupasen ese lugar en la fachada del ayuntamiento.