L as aguas parecían más calmadas, al menos cara a la galería, tras la cumbre entre la Conselleria de Educación y el Ayuntamiento de Onda, celebrada el pasado viernes, para abordar el presente y el futuro de las enfermeras escolares. Pero ayer se volvieron a agitar. Otra tormenta de reproches entre ambas instituciones ponen otra vez en la casilla de salida el conflicto y distanciadas las relaciones.

El consistorio emitió un comunicado en el que aseguraron que «la Generalitat veta a la terapeuta ocupacional que atiende a 35 alumnos con diversidad funcional en el municipio». Concretamente, se referían a la prestación de servicios en los colegios Baltasar Rull y Mestre Caballero. Se trata de una situación distinta a las enfermeras escolares, pero el Ayuntamiento aprovechó para recordar lo denunciado la semana pasada de la «prohibición» de su acceso a los centros educativos.

La alcaldesa, Carmina Ballester, «ante la gravedad de la situación», convocó a una representación de los padres para trasladar la «problemática» y «buscar soluciones». Según fuentes municipales, «se le comunicó a la empresa Irela Lleuresport --adjudicataria del servicio-- que no podían dejar entrar a la profesional a trabajar en los colegios, según la instrucción de Educación de no permitir pasar a nadie que no sea docente. Por ello, la terapeuta evalúa y realiza el seguimiento de los alumnos con necesidades desde casa».

El propio consistorio recordó en su nota de prensa que esta prestación está implantada y respaldada por la Conselleria desde 2017, aspecto que reiteró Remolar, quien insistió en el diálogo para evitar estos enfrentamientos. Al respecto, hoy se reúne con dirigentes de Benicàssim y Segorbe para analizar sus casos y el porvenir de su enfermería escolar. H