Los oropesinos con más devoción llenaron ayer hasta los topes la iglesia de San Jaime para celebrar la misa en honor a su patrona, la Virgen de la Paciencia, que da nombre a los festejos que se realizan hasta el 13 de octubre.

La ceremonia, oficiada por el obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López, fue todavía más especial si cabe con motivo de la despedida del párroco del municipio de las últimas tres décadas, José Aguilella, que recibió el cariño de todos los asistentes.

Además, tomó posesión el nuevo cura, José Miguel Sala, que recibió las llaves de la parroquia.

La reina de las fiestas, Victoria Gómez, junto a las damas de su corte de honor, desfilaron por el pasillo central para realizar la tradicional ofrenda a su Mare de Déu. Al acto tampoco faltó la cofradía de la Virgen de la Paciencia. Precisamente estas fiestas, la imagen estrena un nuevo manto como homenaje del cuarto centenario del ataque pirata que cambió la vida de los oropesinos. La misa terminó con los asistentes en pie, entre ellos en las primeras filas, la alcaldesa, María Jiménez, y ediles de la corporación municipal, cantando el himno.

La plaza Mayor también registró un gran ambiente a mediodía con los coches y motos antiguas. Y, por la tarde, los vecinos se volcaron en la ofrenda de flores a la patrona en la capilla, con la participación, como novedad. de reinas y damas desde el año 1965.

Hoy se celebra uno de los actos más populares y multitudinarios, el Día de las Paellas, desde el mediodía en la plaza España.