Los peñiscolanos ya están inmersos, un año más, en sus fiestas de invierno, que hasta la tarde de mañana domingo ofrecen un conjunto de actos para animar los meses de menor actividad del municipio turístico. A las 21.00 horas el encendido de las tracas, por parte de la reina y las damas de las fiestas, acompañadas de las autoridades, abrió oficialmente la celebración. Minutos antes, la Colla de Dolçainers i Tabaleters de Peníscola fue animando el ambiente con un pasacalle.

La edila del área, Raquel París, señaló que la primera noche se ha fundamentado sobre «un ambiente de hermandad y solidaridad, ya que el importe de los tíquets de un euro vendidos para la torrà popular se destinaron a la Asociación Contra el Cáncer».

La primera velada se completó con el baile en el interior de la carpa de la plaza Santa María y con el encierro de madrugada en la calle Saiz de Carlos, animado por la Xaranga All-i-pebre.

Hoy sábado tiene lugar la jornada central de estas conmemoraciones, con las paellas como momento más destacado. La concejala París confía en que «el tiempo acompañe y que todo sea favorable para registrar una participación muy alta», destaca. Al mediodía esperan que se reúnan más de 500 personas en la Plaça de Bous y la plaza Santa María, donde prepararán las paellas que degustarán entre amigos. Por la noche habrá una nueva sesión de baile, con la orquesta Platea, seguida de discomóvil. En la pausa, sobre las 2.30 horas, se hará el segundo de los encierros, con las reses de la ganadería de David Marín como protagonistas.