La lluvia no ha impedido que los valldalbenses hayan cumplido con el rito de subir en romería hasta la ermita del monte l’Albea. Eso sí, se retrasaron algunos actos y otros tuvieron que ser suspendidos “pero se ha mantenido la esencia de una tradición ya plenamente consolidada en nuestro pueblo”, señala la alcaldesa de Vall d’Alba, Marta Barrachina.

Los valldalbenses, al igual que ocurre todos los años, se reunieron a primera hora de la mañana en la plaza Mayor para recoger el típico pañuelo de romero de manos de la reina de las fiestas, Aurora Traver Roures, y las damas de su corte de honor.

Después, y mientras las campanas de la iglesia parroquial no dejaban de anunciar la festividad de la jornada, tuvieron lugar los cantos al santo en la Iglesia Parroquial, en la que, debido al mal tiempo, también se acogió la misa que, año tras año, se ha celebrado en la ermita en honor al santo, situada en lo alto del monte l’Albea.

Con más de una hora de retraso, pero ya sin lluvia, partió la romería hasta la `muntayeta´ que llevó la imagen de Sant Cristòfol en procesión.

Por el contrario, la paella gigante, patrocinada por Mediterráneo y en cuya elaboración se contó con la colaboración de la Asociación de Amas de casa `L’Alba´, sí que se sirvió puntualmente a las 14 horas, cuyas raciones sobrantes fueron entregadas al comedor social del Padre Ricardo.