La diputada del PPCV en Les Corts y vicesecretaria de Política Social María José Català será la cabeza de lista de su partido al Ayuntamiento de València, una tarea que asume «ilusionada» y con el «difícil» reto de poder estar «a la altura del proyecto municipal que dejó Rita Barberá». La decisión llega tras múltiples quinelas y mediáticos vaticinios durante los últimos meses.

Català, de 37 años y quien acumula un importante bagaje político, será proclamada como candidata mañana --junto a los de Castellón y Alicante-- en un acto presidido por el líder del partido, Pablo Casado, en el Oceanogràfic de la capital del Turia.

Una vez hecho público su nombramiento, ofreció ayer una rueda de prensa, junto a la presidenta del PPCV y candidata a la Generalitat, Isabel Bonig, quien celebra que Català sea «arriesgada y valiente», pues «no es fácil coger el testigo de Rita Barberá».

Bonig agradeció a la dirección nacional y al presidente nacional del partido, Pablo Casado, la confianza tanto en ella misma como candidata a la presidencia de la Generalitat como en el proyecto político del PPCV. Y también tuvo palabras para Begoña Carrasco, que será la número uno al Ayuntamiento de Castellón y a Luis Barcala, actual alcalde y quien encabezará la lista en Alicante.

La exconsellera Català también agradeció a Isabel Bonig y Pablo Casado su confianza, «que les quiero devolver en votos» por «haberme dado esta oportunidad» y confesó sentirse «muy satisfecha, contenta e ilusionada» y afirmó que parte «de una buena herencia» como es la dejada por quien fuera alcaldesa de la ciudad durante 24 años. Aseguró estar «tranquila, pero consciente del reto» y avanzó que su candidatura requiere un perfil que combine renovación y experiencia, aunque dice que todavía es pronto para hablar de la lista.

Por otra parte, el president de la Generalitat, Ximo Puig, se limitó ayer a apuntar que tiene un «absoluto respeto y afecto» por Catalá y añadió que «el problema no es tanto quién es el candidato, sino lo que representa el PP, y en el caso de València representa retroceso, la vuelta al lugar desde el que hemos salido huyendo».

El alcalde de València, el nacionalista Joan Ribó, la felicitó irónicamente «por haber ganado las primarias del PPCV».