El president de la Generalitat, Ximo Puig, puso ayer en valor la reforma de su Estatuto de Autonomía, frente a los «cantos de sirena» de quienes «desde posiciones anticonstitucionales», quieren acabar con el Estado autonómico. La reforma supondrá, a juicio del president, que las inversiones del Estado en esta comunidad se gestionen de acuerdo con la Generalitat, pero también que se hagan en función del peso poblacional de la región.

«Ni recentralización ni rupturismo, hay que profundizar hacia un Estado autonómico lo más federal posible», dijo Puig en rueda de prensa en el Senado, donde recordó que en los últimos siete años de Gobierno del PP se dejaron de invertir en la Comunitat más de 2.500 millones de euros «y eso significa miles y miles de puestos de trabajo».

Puig también lamentó la «pinza» entre PP, Ciudadanos e independentistas que «dinamitó» los presupuestos del Gobierno para este año y que supuso para la región que preside una pérdida de 1.400 millones.

El president valoró que a partir de ahora haya esa «gestión conjunta» Estado-Generalitat a la hora de invertir y subrayó que desde la Comunitat se quiere que «España se construya desde la igualdad entre ciudadanos y el respeto a las singularidades de los territorios, y nunca desde la fractura de la desigualdad». Puig destacó que ayer fue «un día muy importante para la Comunitat» tras ocho años de trámites. Incidió en que en la legislatura anterior no fue posible alcanzar un acuerdo y solo en la segunda parte de ésta, con el Gobierno de Pedro Sánchez, «se pudo avanzar y culminar la reforma estatutaria».